Es un verbo transitivo de uso extendido en el habla rural de la América hispana. Según el académico Diccionario de americanismos (2010) el término tiene el sentido de “trincar, asegurar alguien algo con cuerdas y lazos”. En La serpiente de oro, C. Alegría se refiere así a ciertos marineros fluviales: “Bajaban contentos con una balsa en regla, de quince palos gruesos y derechos, atrincada con bejucos que son mejores que el alambre y la soga porque no se oxidan ni pudren” (Santiago de Chile 1935, p. 96).