Esta locución verbal del castellano americano, el Perú incluido, no se registra en la última edición del Diccionario académico (2014) ni en el también académico Diccionario de americanismos (2010). La expresión se emplea para pedirle a otra persona que no intervenga más en un asunto. Véase un ejemplo en la revista limeña Variedades: “… mejor lo dejamos ahí, para qué seguir llorando, ¿no le parece?” (Año 31, N.° 1, p. 26).