Es un derivado de gas, voz del latín científico gas, alteración de chaos ‘caos’ y término acuñado en el siglo XVII por el químico europeo Jan Baptiste van Helmont. Gaseoso, -a se aplica en la lengua general a aquello que se halla en estado de gas y a líquidos que desprenden gases. Pero en el castellano del Perú y varios otros países hispanoamericanos el femenino gaseosa, como sustantivo, designa la “bebida embotellada, refrescante, de diferentes sabores, con gas o sin él” (Diccionario de americanismos, ASALE, 2010). Entre nosotros gaseoso, -a también califica a quien habla mucho, pero no dice nada importante.