Esta curiosa expresión sustantiva designa la savia que sale del tronco de un árbol llamado drago, nombre que a su vez es variante de dragón, animal mitológico. Para lograr la estimada sangre de drago, se hacen incisiones oblicuas en su corteza y se recibe en un depósito la resina que sale. Este líquido se emplea en la medicina tradicional de los pueblos amazónicos para detener el flujo de la sangre de una herida leve, hacer gárgaras, etc.