Autoritarismo en el norte y en el sur, por Arturo Maldonado
Autoritarismo en el norte y en el sur, por Arturo Maldonado
Arturo Maldonado

Las elecciones en Estados Unidos están próximas y la verdadera sorpresa ha sido el surgimiento de Donald Trump. El domingo pasado, Steven Levitsky escribió sobre este fenómeno haciendo uso de un concepto bastante latinoamericano: el populismo. Levitsky indica, además, que Trump no solo es populista sino también autoritario, otra característica bastante latinoamericana que está jugando un papel relevante en las elecciones gringas.

El autoritarismo es un término que alude a personas con una visión del mundo que valora principalmente el orden y la autoridad.  Son personas que desconfían de los que no son de su grupo  y se estresan ante el cambio social. Sabemos que cuando los autoritarios se sienten amenazados buscan líderes fuertes y punitivos. 

Medir ese atributo de la personalidad no es fácil. Para acercarse a este concepto se recurre a preguntas que tienen que ver con los valores que uno prefiere para criar a sus hijos. Por ejemplo, si uno prefiere que sus hijos sean independientes o que muestren respeto por los adultos, si un niño debe obedecer a sus padres o ser responsable por sus propias acciones, si un niño debe ser curioso o mostrar buenos modales. Las respuestas que apuntan al respeto a los mayores, la obediencia y los buenos modales generalmente pertenecen a personas que valoran el orden y la autoridad y correlacionan fuertemente con comportamientos autoritarios.

En Estados Unidos se encuentra que, medido de esta manera, el autoritarismo es frecuente especialmente entre los que se autoidentifican como blancos. De este grupo, aproximadamente el 44% puntúa alto o muy alto en la escala de autoritarismo. 

En estas elecciones, además, se encuentra que los autoritarios extremos tienen una probabilidad de votar por Trump de más del 50%. Por otro lado, los que puntúan cero en esta escala tienen una probabilidad de votar por Trump de alrededor del 30%. Es decir, esta característica es una variable explicativa poderosa del voto por el candidato republicano.

El autoritarismo es mucho más extendido en América Latina y particularmente en el Perú. Por ejemplo, usando la misma medición, en una encuesta en Lima se encontró que casi el 70% de personas se ubica en el valor máximo en la escala de autoritarismo. 

Asimismo, en una reciente encuesta nacional se encontró que casi el 85% prefiere que sus hijos obedezcan a sus padres antes que sean responsables por sus propias acciones, más del 90% prefiere que los hijos respeten a sus mayores antes que piensen por sí mismos y el 83% prefiere que sus hijos tengan buenos modales antes que sentido común. Es decir, los porcentajes más altos están en los tres valores asociados con el orden y la disciplina. 

La diferencia es que en el norte el autoritarismo se ha polarizado en términos partidarios. El Partido Republicano, con su énfasis en los valores tradicionales y en la defensa nacional, apela en mayor medida a los que tienen actitudes autoritarias. 

En nuestro país, en cambio, el autoritarismo es tan extendido que ya no es un factor explicativo de nada. Se puede encontrar autoritarismo en la izquierda y en la derecha, arriba y abajo en los niveles socioeconómicos, entre hombres y mujeres, y entre jóvenes y mayores. 

La extensión del autoritarismo se refleja en el tipo de propuestas electorales que tuvimos, como el uso de la pena de muerte contra los delincuentes, una medida punitiva que privilegia el uso de la fuerza extrema. No es casualidad, entonces, que en una reciente medición del apoyo a los candidatos estadounidenses entre líderes de opinión en América Latina elaborada por Ipsos, el Perú es el país donde Trump obtiene el respaldo más alto (10%).