"La segunda razón por la que no es una buena señal es que refuerza la idea de que el presidente PPK se mueve en un círculo muy estrecho y que es incapaz de abrirse a otros sectores". (Foto: Presidencia de la República)
"La segunda razón por la que no es una buena señal es que refuerza la idea de que el presidente PPK se mueve en un círculo muy estrecho y que es incapaz de abrirse a otros sectores". (Foto: Presidencia de la República)
Enzo Defilippi

Fernando Zavala es primer ministro, estratega político del gobierno, brazo derecho del presidente, intérprete oficial de lo que quiso decir, tiendepuentes con la oposición y, como si eso fuera poco, flamante ministro de Economía y Finanzas. El hombre-orquesta del régimen, digamos.

A mí, su última designación me genera dudas. Principalmente, porque la coyuntura actual es demasiado complicada para que alguien pueda hacer bien tantas cosas a la vez.

Las circunstancias también son muy diferentes de cuando fue ministro de Economía por primera vez. En el 2005, la economía crecía aceleradamente (6,3% ese año y 7,5% el siguiente) y, al ser el último año del gobierno, la atención política estaba centrada en el debate electoral. Hoy, en cambio, solo queda el recuerdo de la reaceleración económica del 2015 y 2016, la inversión pública se ha desplomado y la inversión privada sigue sin levantar cabeza. Ello, además del continuo enfrentamiento con el Congreso. En estas circunstancias, más que un ministro de Economía a medio tiempo necesitamos uno a tiempo y medio.

Igualmente, me pareció un error anunciar que su designación sería temporal. La perspectiva de tener tres ministros de Economía en tres o cuatro meses es lo que menos necesita una economía en desaceleración. Pero parece que el presidente ya cambió de parecer.

señalé las características que, en mi opinión, debía tener el nuevo ministro de Economía. Si bien Zavala cuenta con credibilidad y experiencia en gestión pública, creo que le va a faltar una primordial: capacidad para convencernos de que nos guiará por mejores tiempos (lo único que puede reactivar la inversión y el consumo). Es que, independientemente de sus cualidades profesionales, es muy difícil que lo logre quien fue un conspicuo miembro del Ejecutivo durante el período en el que se echaron por la borda las expectativas que generó la elección del presidente Kuczynski.

Por otro lado, Zavala debería dedicarle más, no menos, tiempo a la PCM. Pese a sus obvios esfuerzos, no ha podido imponer en el gobierno una estrategia política coherente ni evitar las marchas y contramarchas que lo caracterizan. Difícil creer que lo logrará siendo primer ministro a medio tiempo.

A mi parecer, esta designación revela que el presidente no tiene a quién más encargarle la cartera más importante del gabinete. Puede que ello se deba a que ningún potencial ministeriable quiera enfrentarse a la férrea oposición fujimorista, pero también a que ninguno cree que podrá revertir los múltiples errores cometidos durante la gestión de Alfredo Thorne: la reforma tributaria, la del SNIP, el cambio de la regla fiscal, el archivamiento de la diversificación productiva, algunas modificaciones al régimen de APP, entre otros. Para nadie es un secreto que durante estos meses el MEF ha estado sometido a la PCM como nunca antes, por lo que más que empoderamiento para revertir reformas y reconocer errores, hubiese sido razonable esperar una resistencia al cambio.

En fin, más allá de lo que opinemos algunos, es un hecho que el de ministro de Economía será uno más de los múltiples oficios que desempeñará Fernando Zavala en el gobierno. Esperemos, por el bien del Perú, que su disposición al diálogo nos lleve por buen camino.