Los retos y complicaciones de Zavala, por Carlos Adrianzén
Los retos y complicaciones de Zavala, por Carlos Adrianzén
Carlos Adrianzén

Mañana será la presentación del Gabinete presidido por Fernando Zavala ante un Congreso de mayoría opositora. El primer ministro enfrenta retos definidos, difíciles de esconder. De acuerdo a cómo los enfrente, mantendrá la trayectoria de profesional lúcido actual o sufrirá un lógico y sacrificado desmedro. Como les deseo a él y a todo su equipo el éxito en su gestión, vale la pena destacar los retos que hoy enfrenta… así como las complicaciones que aparecerán.

En primer lugar, descartemos el ripio. Haría mal Zavala en embarcarse en una desesperada cruzada por reactivar el gasto agregado a como dé lugar. Su reto no es producir una temporal reactivación económica inflando el gasto estatal y emitiendo deuda soberana muy cara. Esto pues, además de fracasar, obviaría lo importante: recuperar la percepción de una plaza emergente dinámica y que se disparen la inversión privada y las exportaciones (dos  tareas que no se materializan fácilmente en 90 días). 

También haría mal en ubicar a la seguridad ciudadana como meta inmediata. Vivimos en una sociedad demográficamente explosiva que carece de instituciones básicas para enfrentar la inseguridad. Su Gabinete debe limpiar y depurar masivamente a elementos corruptos en la policía, la judicatura y la fiscalía. Ese es su mayor reto y el más tedioso también.Solo con estos dos retos, Zavala enfrenta complicaciones formidables que hacen que las apuestas estén en su contra. 

Entre las complicaciones menores está la supuesta oposición de Fuerza Popular. Por más resentidos que estén en ese partido por los golpes de la campaña, deberán entender que el fracaso de esta administración implicará bombas de tiempo para el próximo gobierno. Así que, por su propio interés (o por un mínimo vital de lucidez política),  deberán apoyar todo lo bueno e impopular que el nuevo Gabinete proponga. Ello no necesariamente significa aprobar más endeudamiento caro o impuestos depresores de la competitividad o la inversión.

Las complicaciones reales provienen de sus verdaderos enemigos. Pese a que los integrantes de las diversas agrupaciones políticas de izquierda-mercantilista supuestamente dieron sus votos (a regañadientes) a Pedro Pablo Kuczynski en la segunda vuelta, necesitan que este gobierno fracase para poder florecer como alternativa contestataria. 

Aquí no importa la retórica sino la verosímil agresividad de las protestas. Necesitan que la administración actual naufrague para mostrar que los fracasos son inevitables en la región y no solo el reflejo de la ineptitud y corrupción de los regímenes de izquierda latinoamericana (como Venezuela, Brasil y Argentina).

Otra complicación real es la inercia económica heredada de la señora Nadine Heredia y su consorte. La inversión privada, las exportaciones tradicionales y no tradicionales, la recaudación de todos los tributos y las brechas externa y fiscal están en proceso de deterioro sostenido. Quebrar esta inercia no será fácil por más creíble y generadora de alivio que resulte la imagen del nuevo gobierno. Nótese también que el panorama global no necesariamente dejará de empeorar.

Suerte, primer ministro, pero sobre todo, cuídese de los malos consejos y de las supuestamente pragmáticas decisiones políticas. Está en juego un quinquenio y acabamos de perder uno.