Chapa todo, por Mariella Balbi
Chapa todo, por Mariella Balbi
Mariella Balbi

Da la impresión de que el grafema ‘ch’ es el vehículo perfecto para la descarga de emociones placenteras o contrariadas. El insulto que más enfurece a los varones peruanos es que le ‘mienten’ la madre, sin que muchas mujeres lleguemos a entender lo grave de la ofensa. Más aun cuando otra diatriba alude al hijo y al oficio (dicen que el más antiguo) de la progenitora. Verbos ordinarios también usan ‘ch’.

Las palabras no crean la realidad, solo le dan significado. Tras años de estar hartos, indignados, avasallados, impotentes frente al robo, la extorsión y toda la pléyade de delitos que vivimos los peruanos minuto a minuto, aparece en las redes sociales el movimiento, ¿la lucha?: “Chapa tu choro”, lanzado por , periodista de la aguerrida tierra huanca.

No sabemos si el lema se completaba con otra frase que circula en redes sociales, inspirada en la ley del talión: “Chapa tu choro y déjalo paralítico”. Bastante más brutal, invitando abiertamente al linchamiento. Evidencia que un buen grupo de ciudadanos no solo quiere enfrentar a la delincuencia deteniendo al choro (acto permitido por ley), sino que también quiere retaliación ya, ya. 

La joven periodista demostró un gran liderazgo y conocimiento de la desgracia del país. Ante la ya conocida e hiperdenunciada apatía de las autoridades policiales y judiciales, Cecilia García y sus vecinos colocaron banderolas de comunicación directa con los cacos: “Ratero, nosotros no llamamos a la comisaría, te vamos a linchar”.

La respuesta de jueces y ministros se orientó a que no ejerciésemos la violencia por mano propia. Como principio es impecable. Pero como no se da respuesta al saqueo permanente que vivimos, la invocación legal cae en saco roto. El es una ‘justicia popular’ que ya se practica en el Perú. Ahora va camino de la institucionalización. La ha llegado a decibeles tan grandes que el linchamiento tenderá a ser justificado.

Una jueza deja libres a 51 hampones que invadieron una casa. La policía suelta a un delincuente que le cortó la cara a su víctima en Ate. Dizque fueron lesiones leves. Como para usar varias veces la socorrida ‘ch’. A un buen hombre lo empujaron de un puente porque reaccionó al robo de su celular. Una niña de 5 años fue encañonada por un asaltante. La cereza de la torta: robaron en la residencia del embajador de Corea.

En las antípodas, el presidente –quien ofreció encabezar la lucha contra la inseguridad– afirmó que las denuncias de robos bajaron de 40% al 30%. Sin pensar que la gente no denuncia porque siente que pierde el tiempo. Y días atrás un ladrón a punto de ser masacrado pedía: “¡Llamen al patrullero!”. También un choro declaró: “Con gusto lo digo: no soy violador, soy ratero, y con orgullo”, responsabilizando al gobierno de descuidar a los jóvenes. 

Hay experiencias exitosas, por ejemplo el uso de alarmas en puntos rojos, manejadas por los vecinos. Es necesario capacitar a jueces y policías para que cumplan su labor. El ciudadano no puede suplantar a esas autoridades. Lo que todos vemos es que no hay quien gobierne. Al estilo peruano, Cecilia García fue denigrada imputándole simpatías fujimoristas. Como si la chaparan en falta por un motivo tan deleznable. Incluso si tiene aspiraciones políticas, eso no anula ni sumerge una realidad que ella ha evidenciado: estamos desprotegidos y somos capaces de todo. Alarmante.