Los dos fujimorismos, por Fernando Vivas
Los dos fujimorismos, por Fernando Vivas
Fernando Vivas

Si crees que el fujimorismo es uno solo, perdiste. Fuerza Popular (FP) es su versión más amable, institucional y electorera. Pero hay un fujimorismo marginal, de portátil arcaica, que divide al Perú en dos: ellos y los terrucos. El viernes pasado, en su marcha sin voceros ni caras conocidas, gritaban “Fujimooooriiiii libertaaaaaad, teeeerroristaaaaas nuncaaaaa maaaás”. 

Ese es el fujimorismo del indulto. El pedido lo hizo el reo a través de su defensa; es todo lo que sabemos. Y no creo que haya demasiado cálculo, ah. Como no lo ha habido en las otras expresiones de Alberto desde la cárcel. Es lanzar el anzuelo en el río revuelto de una transición democrática.

 El otro fujimorismo, el de Fuerza Popular, está muy ensimismado como para pensar en las tribulaciones de un reo, aún está encontrándose a sí mismo después de su derrota. Su lideresa está de vacaciones, haciendo su FODA personal. La gracia presidencial no está en la agenda de FP, como ha dicho Luz Salgado. Ojo: de esta forma, la presidenta del Congreso se alinea con el futuro de Keiko y no con sus nostalgias albertistas. ¿Acaso va a preferir al padre que le dejó un estigma que a la hija que le está permitiendo reciclarse por la puerta grande? Discrepo con los amigos que ponderan al fujimorismo como un sólido ladrillo y, por lo tanto, asumen que Humala y PPK reaccionaron al pedido de indulto como si este viniera de un bloque indiviso. Que el primero haya pateado el tema para PPK y que este lo patee para Keiko sugiriendo que el Congreso legisle a favor de un arresto domiciliario, hace ver que no quieren acceder a un pedido que no viniera con el sello expreso de FP. No tenemos evidencias de que hayan conversado el tema con emisarios de Keiko; ni que Cateriano, según  última leyenda urbana, haya impedido que Humala y Nadine cedieran. 

Salvo silvestres brotes de albertismo, como los de Tamar Arimborgo de Loreto, Bienvenido Ramírez de Tumbes, o Rosa Bartra, la nueva vicepresidenta del Congreso, que tiene una visión benévola del 5 de abril y tendrá de asesora a Martha Chávez, Keiko podrá recurrir a la generación –¿neo o posfujimorista?– que ha nucleado en los últimos años. Úrsula Letona, Daniel Salaverry, Pier Figari o nuevos aliados como Alcorta o Galarreta se han formado al margen de las angurrias de Alberto.

El ex congresista Julio Gagó ha estado asociado, a través de un tuit, a la marcha proindulto. Es muy cercano a Kenji, lo que permite suponer que el hermano menor sigue siendo el principal y evidente escollo para la consolidación de Keiko en FP. Tendremos que ver en el quinquenio de PPK, entonces, el desenlace del melodrama familiar fujimorista que no pudimos ver en la campaña.