Sobre héroes y tumbas, por Ricardo Vásquez Kunze
Sobre héroes y tumbas, por Ricardo Vásquez Kunze
Ricardo Vásquez Kunze

En la civilización del espectáculo, la poderosa imagen de la viuda del mayor Luis Alberto García Rojas, sola frente al féretro inhumado de su esposo declarado héroe nacional por una ley del Congreso, ha conmovido a la opinión pública.

Caído en combate en la guerra del Cenepa, García Rojas debía ser trasladado por mandato judicial, con honores, del cementerio particular donde reposaban sus restos a la Cripta de los Héroes. La ceremonia se frustró y la solidaridad con la viuda no se hizo esperar. Es obvio que el gobierno debió haber manejado mejor este tema sensible, pero el contexto merece una reflexión respetuosa.

1. Los héroes nunca serán producto de una ley. No es porque una norma dice que alguien es héroe que tal calidad se asienta. Son la realidad y el sentido común los que invisten esa condición a un acto determinado que consagra el consenso general de un pueblo. Burocratizar y judicializar la heroicidad es lo peor que le puede pasar a una sociedad. Sufren los héroes, la historia y la patria.

2. No todos los caídos en acción de armas son héroes. Si así fuese, serían héroes todos los soldados que perecieron en la Segunda Guerra Mundial. La heroicidad implica un acto extremo de valor, absolutamente fuera de lo común. En el sentido positivo es una hazaña, como la del aviador Charles Lindbergh cruzando por primera vez el Atlántico. En el negativo, compromete la vida misma, como la inmolación de los kamikazes en el Pacífico. Lindbergh sobrevivió a su proeza y murió en su cama. Los kamikazes honraron con su vida al emperador Hirohito.

3. García Rojas falleció siendo piloto de un helicóptero que hacía una misión de reconocimiento en la zona de conflicto con Ecuador, cuando un misil enemigo derribó la aeronave. Murió con toda su tripulación. De todos los fallecidos en ese conflicto, solo García Rojas fue declarado por ley del Congreso héroe nacional a insistencia de su viuda en el 2006. 

4. El Consejo Nacional de Calificación de Acciones Heroicas, creado por Ley 26841 y que preside el Ministerio de Defensa, no ha declarado héroe nacional a nadie desde su creación. Ello porque esto implicaría el traslado del difunto a la Cripta de los Héroes, la exclusiva morada de los caídos y combatientes de la Guerra del Pacífico. Es decir, el Congreso ha actuado demagógicamente, sin la opinión favorable del órgano competente para calificar las acciones heroicas.

5. La Cripta de los Héroes fue creada por Ley 398, en 1906. En el frontis, una inscripción reza: “La nación a sus defensores en la guerra de 1879”. El último sobreviviente de la Guerra del Pacífico y del Huáscar enterrado en la cripta fue el contralmirante Manuel Elías Bonnemaison, en 1961.

6. A fines del siglo XX, diversas instituciones patrióticas promovieron que se declaren héroes nacionales a José Abelardo Quiñones (FAP), a Alipio Ponce Vásquez (PNP) y a Daniel Alcides Carrión, mártir de la medicina peruana. Aunque las leyes respectivas disponen el traslado a la Cripta de los Héroes, a ninguna de las instituciones que promovieron estas leyes se les ocurrió impulsar el traslado de sus restos a ese cementerio en el entendido de que, más allá de lo que diga la formalidad de la ley, la cripta es el sagrado lugar de descanso de los combatientes de la Guerra del Pacífico.

7. Concluyo citando la última carta de Bolognesi a su esposa (Arica, 22 de mayo de 1880): “Adorada María Josefa, nunca reclames nada para que no crean que mi deber tuvo precio”.