Kenji Fujimori saludó a su hermana Keiko Fujimori por su día a través del Twitter. Alberto Fujimori también tuiteó por el onomástico de su hija. (Foto: El Comercio)
Kenji Fujimori saludó a su hermana Keiko Fujimori por su día a través del Twitter. Alberto Fujimori también tuiteó por el onomástico de su hija. (Foto: El Comercio)
Patricia del Río

En el imaginario popular está empezando a cuajar la extraña figura del cándido y su hermana desalmada. Ambos son hijos del ex presidente . Ambos fueron la cara más pública de la familia durante el gobierno de su padre. Ambos lo secundaron en diversas actividades: mientras Kenji acompañaba al presidente en sus viajes al interior del país, asumía las funciones protocolares de primera dama.

Kenji era un niño y Keiko una jovencita, pero los dos vivieron, a su manera, cerca del poder y fueron testigos de una forma de gobernar que le costó mucho al país. Sin embargo, y a pesar de las evidencias de los delitos cometidos en los noventa, la admiración de los hermanos por su padre se mantuvo intacta por años… hasta que empezaron a notarse las diferencias.

Kenji, hasta hoy, manifiesta abiertamente su adoración por Alberto Fujimori y pide en todos los tonos posibles que se le otorgue el indulto. Lo de Keiko es más complejo, dependiendo de sus intereses políticos se acerca o aleja del fundo Barbadillo, pide el indulto o lo rechaza, defiende el período de los 90 como el mejor de la historia o se vuelve una crítica moderada de las acciones protagonizadas por su padre y su cúpula de poder. ¿Complicado? Por supuesto, Keiko ha tenido que afrontar dos campañas presidenciales, y ha estado dispuesta a disimular y maquillar su relación con Alberto todas las veces que fueron necesarias.

Los hermanos han construido perfiles distintos que tienen como punto de partida su relación con el padre: Keiko quiere la presidencia y está dispuesta a conseguirla aunque tenga que desalbertizar el fujimorismo. Kenji, en cambio, con la misma sonrisa con la que saltaba con su skate en Palacio de Gobierno, es partidario del fujimorismo más tradicional, está muy cerca de Alberto, y siempre que puede lo ensalza y lo defiende. Dicho de otro modo, Kenji está en la política para servir a su padre (léase sacarlo de la cárcel) y Keiko ha usado la figura de su padre con fines políticos (cuando esta le ha servido).

Y antes que salten los fujitrolls a insultar, esta no es una historia de buenos y malos, pero no podemos negar que hay un proceso curioso y extraño en curso: Keiko con su dureza, su trabajo en la sombra y su enorme poder, de alguna manera, recuerda al peor Alberto. Encarna una suerte de amenaza fantasma que muchos no quieren de vuelta. Kenji y su buen humor, su aparente transparencia, su apoyo a causas progres, recuerda al lado bueno de Alberto Fujimori, ese que viajaba por el Perú bailando huainos y poniéndose cuanto gorro o chullo le ofrecieran, para escuchar los problemas de los más pobres.

¿Reaccionará Keiko para dejar de ser la mala de la historia? ¿Logrará Kenji ganar la carrera en su Max 5, sorteando las piedras que le ponen en el camino? Póngase cómodo que esta historia continuará.