Si Vizcarra quiso apapachar a PPK tras la revelación de que habló con fujimoristas mientras al otro lo tenían en jaque; pecó de iluso.
Si Vizcarra quiso apapachar a PPK tras la revelación de que habló con fujimoristas mientras al otro lo tenían en jaque; pecó de iluso.
Fernando Vivas

La bronca estaba amainando: estaba encajando la echada que le hizo Keiko con sus citas y ella estaba encajando el referéndum ; pero, ¡zas!, otra vez retomamos la ruta de lo que mi tocayo Rospigliosi llama la destrucción mutua.

Sucede porque hay dos factores, y , que muchos creen que responden a ese par de peleones. Pero no es así. Chávarry es apoyado por Fuerza Popular porque, en efecto, promueve casos que a ellos les interesan para ‘dar el vuelto’ a caviares y ppkausas; pero Chávarry juega para sí mismo en medio de un enfrentamiento a muerte con su predecesor Pablo Sánchez, quien le ha echado los perros al punto de incluirlo entre los presuntos integrantes de los ‘Cuellos Blancos’. En medio de ese zafarrancho con fiscales rebeldes, nadie sabe lo que mañana pueda filtrarse de la fiscalía con impredecible impacto.

PPK es veneno para Vizcarra. La visita que este le hizo a Choquehuanca fue una metida de pata descomunal. Lo dejó vulnerable a cualquier denuncia que salga contra el régimen pasado, como la que ha aparecido sobre la presencia de José Luis Cavassa. Peor aun, visitar a un ex presidente, que renunció ante graves acusaciones a su conducta, es una afrenta a la lucha anticorrupción que Palacio se jacta de liderar.

Si Vizcarra quiso apapachar a PPK tras la revelación de que habló con fujimoristas mientras al otro lo tenían en jaque; pecó de iluso. PPK proclamó en varias oportunidades su sinsabor ante la sucesión de Vizcarra. Que este se haya dado el trote a Choquehuanca a tratar de borrar esa impresión de desleal o a cualquier otra cosa que haya ido es una desconsideración a la gran mayoría que aprobó la renuncia de PPK.

Lo que más llama la atención de la visita de marras es que Vizcarra no tuvo en cuenta que PPK había pedido que se le levante el impedimento de salida –para viajar a un chequeo médico, según plantearon sus abogados– y contaba con la venia del fiscal Marcial Páucar. Si no era porque el cambio de la gestión de Pablo Sánchez a la de Pedro Chávarry puso en el camino al fiscal José Domingo Pérez y este anuló la decisión de Páucar; PPK viajaba y le propinaba un escándalo letal al gobierno de Vizcarra.

Si existe nobleza en la cumbre de la política –o sea, entre presidentes que se dan la posta– esta obliga a que el predecesor no manche la gestión del sucesor con algún gesto egoísta. Querer irse del país, aunque tuviera la voluntad de volver a los pocos días, era un desatino.

A PPK, como a usted o a mí, si nos da un hincón, nos toca ser tratados por médicos peruanos. Y, si ellos no pueden hacer milagros, moriremos en el Perú. Ppkausas, dejen de meter carbón en defensa de su ‘líder histórico’, y ayuden a Vizcarra a gobernar.