Mercedes Aráoz
Mercedes Aráoz
Pedro Tenorio

Pocos dudan de que la de hoy sea muy distinta de la economista que en julio del 2006 asumió la cartera de Comercio Exterior y Turismo, a inicios del segundo gobierno aprista. Once años después es vicepresidenta de la República y titular del Consejo de Ministros en uno de los momentos más críticos del mandato de . Su tacto para conversar con distintos sectores políticos, sobre todo el fujimorista, le viene garantizando el voto de investidura del Congreso, donde comparecerá con su Gabinete el próximo jueves 12. Con ella al frente de la PCM se ha iniciado un período de “pax política” aún incierto en cuanto a su duración, pero sobre el que el Gobierno debería trabajar para que el paso de PPK por el poder tenga, a fin de cuentas, mayor trascendencia.

Para ello es necesario que Aráoz –o “Mechita”, como la llaman sus amigos– exhiba una mayor perspicacia política que su antecesor en el cargo. Se trata de ejercer, pero sobre todo proyectar, liderazgo. Y he aquí algunas acciones que ella y sus ministros podrían tomar en los próximos días:

Lo primero: caminar más y hablar menos. Siempre es tentador aparecer en las portadas noticiosas, pero si no hay anuncios que beneficien directamente a la población, difícilmente subirá la aprobación del Gobierno (y, con ello, su capacidad de impulsar reforma alguna). Recorrer el país, acelerar el gasto allí donde hay buenos presupuestos pero pobre ejecución ministerial es imperativo. PPK necesita más acción y un Gabinete fuera de sus escritorios, corriendo la cancha de verdad.

Segundo, transformar el “entusiasmo” fujimorista por su nombramiento en compromisos concretos para los siguientes meses. Tómeles la palabra a Luis Galarreta y Daniel Salaverry, entre otros, que saludan su designación al frente del Gabinete. Hágalo antes de que caigan en la cuenta de que una buena gestión puede convertirla en una futura amenaza para las pretensiones de llevar a Keiko Fujimori al poder. Hoy parece una opción muy, muy lejana, pero nunca se sabe.

Tercero, si tal como parece están cocinando un indulto humanitario a favor de Alberto Fujimori, deberán librar una batalla en medios para explicarlo y defenderlo, dado que terminará exacerbando los ánimos de muchos opositores fuera de Fuerza Popular. PPK insiste y habla de “un tema médico, no de un perdón”, y ese podría ser un punto de partida. Si lo dejan librado al azar o a la libre comprensión de la gente, les irá fatal.

Nadie espera que Aráoz se transforme en una Margaret Thatcher, pero determinación, claridad y liderazgo vaya que hacen falta en el Gobierno. Pronto sabremos si está a la altura del reto.