(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Luciana Olivares

En el yoga existe un concepto fascinante que consiste en entender que por cada virtud principal hay una virtud equilibrante. Esto es importante porque las equilibra y les permite tener balance y un impacto real. Te doy algunos ejemplos: amor-apego, nobleza-autoridad, benevolencia-límite, honestidad-tino, generosidad-precisión.

Hoy te quiero contar de estas últimas, y del poder que tienen no solo en tu vida personal sino también, y aunque no lo creas, en tu negocio o empresa. Muchas marcas grandes o chiquitas están cada vez más atentas y preocupadas por ser socialmente responsables; eso, sin duda, es muy bueno. El problema es que la mayoría no sabe cómo canalizar ese deseo, por lo que a veces lo que pudo ser una oportunidad de comprometerse socialmente termina siendo una serie de acciones aisladas de mecenazgo o un programa que solo atiende el área de responsabilidad social y no involucra a la institución como un todo.

El concepto de generosidad con precisión me parece muy pertinente para comprender que para que nuestra empresa tenga un impacto real, y, sobre todo, un plan sostenible en el tiempo, debemos ser generosos, entendiendo por qué y para quién hacemos lo que hacemos. Y entender que no debemos desarrollar esto basados en nuestro propio deseo de sentirnos o vernos bondadosos, sino en las necesidades del otro.

La precisión te permite escoger con qué te comprometes y alojar esa actividad en el core de tu estrategia, e incluso hacerla acompañar e impulsar tu negocio. La marca de zapatos TOMS fue una de las precursoras de este concepto, regalando por cada par de zapatos comprados un par a quienes más lo necesitaban. Y si piensas que eso solo lo puede hacer una marca grandota, te quiero contar el caso de un emprendedor peruano al que conozco bien, porque es mi cliente.

Richard Lovón es fundador de Photolife, una cadena de más de 18 estudios fotográficos con sedes en Lima, Arequipa y, recientemente, Chile. Un día me contó que había retratado a más de 100.000 familias, pero juntos nos dimos cuenta de que le faltaban muchas: aquellas que nunca se habían podido tomar una foto sonriendo, porque sus hijos habían nacido con labio fisurado.

El emprendimiento peruano se unió a Operación Sonrisa, organización sin fines de lucro que opera incansable y gratuitamente a niños que nacen con labio fisurado; en el Perú, más de 2.000 niños nacen cada año con esta condición. Por cada familia que se haga una sesión de fotos, su empresa le hace una sesión gratis a una familia que no tiene ninguna foto sonriendo. Ese es el poder de la generosidad con precisión: establecer un círculo virtuoso que sea sostenible, y para ello debe ser pertinente, genuino y, por supuesto, rentable. Porque hacer el bien es rentable, además de hacerte sonreír.