La incubadora se ha convertido en una herramienta para la atención de ciertos casos de bebes prematuros. (Foto: Miguel Bellido / Archivo El Comercio)
La incubadora se ha convertido en una herramienta para la atención de ciertos casos de bebes prematuros. (Foto: Miguel Bellido / Archivo El Comercio)
Fernando Cáceres Freyre

La muerte de ha puesto en agenda la necesidad de invertir en más . Pero no es solo un problema de incubadoras y neonatólogos, el abordaje de los bebes prematuros requiere de enfoques multidisciplinarios, como ocurre en Argentina, Chile y España.

En estos países, los nacimientos prematuros se abordan a través de equipos de médicos, psiquiatras, psicólogos y consultoras de lactancia que en conjunto ofrecen atención integral al bebe y las familias. En nuestro país aún nos concentramos solo en lo biológico, cuando deberíamos mirar también lo psicológico (Bowlby, 1972; Stern, 1998).

¿Quién atiende a las mamás que llegan a consulta en shock y con culpas? ¿Quién da soporte emocional a la madre durante todos los meses que el bebe está en cuidados intensivos? ¿Quién trabaja con la madre para que no genere rechazo al bebe o miedo extremo a tocarlo? ¿Quién acompaña a los padres y médicos para hacer frente a una eventual pérdida? No son los médicos (Mathelin, 2001).

Conversé con Stefanie Schmidt, mi esposa, especialista en psicología perinatal con experiencia en la unidad de cuidados intensivos neonatal del hospital San Bartolomé, y me explicó, por ejemplo, que la permanencia del bebe en una incubadora no debe conllevar separarlo de los padres, como ocurre en varios hospitales y clínicas donde se limita el acceso a ciertas horas del día.

Está científicamente comprobado que los bebes que permanecen más cerca a sus padres tienen mejores procesos de recuperación. Por ello, debiera fomentarse el libre acceso para poder estar cerca del bebe, hablarle, tocarlo, alimentarlo y participar de sus cuidados diarios.

Incluso, en ausencia de incubadoras, si el estado del bebe lo permite, puede practicarse mamá o papá canguro, un método al alcance de todos útil para regular la temperatura del bebe, facilitar la lactancia y reducir el estrés de la madre. De hecho, el estado emocional de la madre es clave para incrementar las probabilidades de recuperación.

Además, es necesario brindar soporte emocional a los propios profesionales de la salud, a fin de prevenir una sobrecarga emocional que produzca mala praxis a futuro.

Luego, en caso se produzca el fallecimiento del bebe, me comenta que, si no se trabaja la pérdida, el trauma impide el duelo. Y que en el país no se brinda el cuidado psicológico necesario para enfrentar estos procesos que pueden cambiar toda la realidad de una familia.

Recientemente se ha publicado la , pero aún resulta necesario aprobar protocolos flexibles y personalizados, que se amolden a diversas situaciones como partos riesgosos, partos prematuros, muerte gestacional y madres con psicopatología. Y, por supuesto, destinar presupuesto a eso.

La verdad es que aún nos hace falta mucho más que incubadoras para incrementar las probabilidades de sacar adelante a los bebes que no nacen a término.