“El presidente no parece entender que tiene un problema de gestión que aún está lejos, muy lejos, de resolver”. (Fuente: USI)
“El presidente no parece entender que tiene un problema de gestión que aún está lejos, muy lejos, de resolver”. (Fuente: USI)
Pedro Tenorio

Para unos, es un gol presidencial de media cancha. Para otros, los menos, un gesto oportunista que cosechará aplausos pero sumará muy poco en el balance final del paso de por Palacio de Gobierno. Vamos a ver: el presidente anunció que el Gabinete planteará una al para la aprobación de la reforma política. El Parlamento, que se resiste a los cambios, tiene ante sí un escenario distinto: si otorga la confianza, se compromete a discutir y aprobar las iniciativas presentadas por el Ejecutivo. Si la rechaza, cae el Gabinete Ministerial pero Vizcarra podría disolver constitucionalmente el Parlamento. ¿Qué quieren y hasta dónde están dispuestos a llegar nuestros actores políticos?

Para todo efecto práctico el carece de liderazgo político. Si lo tuviera, hubiera medido los tiempos y el humor de la población, y aceptado algunas de las reformas planteadas. Del mismo modo, hubiera aprobado buena parte de las acusaciones y sanciones contra el ex fiscal de la Nación Pedro Chávarry, al que protegió por meses y continuó haciéndolo en una actitud políticamente suicida. Carecen de liderazgo, sí, pero no de instinto de supervivencia política. ¿Irse a sus casas? Ni hablar. Saben que si se disuelve el Parlamento (solo quedaría la Comisión Permanente mientras se elige un nuevo Congreso) decenas volverían a sus regiones sin ninguna influencia ni gestión exitosa que les permita proyectar una carrera política más allá del 2021. Entonces, junto a parlamentarios de otras bancadas, otorgarán la confianza aunque tratarán de darle largas al tema. No percibo ánimo ni liderazgos capaces –en este momento– de confrontar con éxito a Vizcarra.

El primer round lo ganaría el mandatario. La pregunta es si ganará la pelea de fondo. La es clave, lo dijimos cuando se presentaron las propuestas de la comisión Tuesta, pero no solo de ella vivirá el Gobierno. La población apoya a Vizcarra porque detesta al Congreso, no porque conozca y haga suya la reforma.

Vizcarra puede derrotar al fujiaprismo, ¿pero eso mejorará automáticamente sus indicadores de gestión? ¿Contribuirá a la lucha contra la delincuencia, el crecimiento de la economía y la generación de empleos? ¿Le dará ritmo y efectividad a la reconstrucción? Es decir, ¿levantará esos mismos indicadores por los que venía perdiendo respaldo en los últimos cinco meses? Pienso que no. Crecerá su aprobación de aquí al 28 de julio (el Congreso es el villano favorito, bien ganado lo tiene), pero el presidente no parece entender que tiene un problema de gestión que aún está lejos, muy lejos, de resolver. Y eso puede resultar sumamente grave para el país.