Siniestro total, por Marco Sifuentes
Siniestro total, por Marco Sifuentes
Marco Sifuentes

Siempre es una conmoción. La muerte de un bombero, especialmente en el Perú, pocas veces deja indiferente a alguien. Ahora, la muerte de tres se ha convertido en tragedia nacional. Un duelo generalizado con ribetes de escándalo gracias a la suspicacia, también generalizada, de que este incendio no fue un accidente. 

¿Un almacén del Ministerio de Salud en el que se queman 320 cajas con documentos de entrada y salida de control de medicamentos de los años 2011 al 2014, como denunció el congresista García Belaunde? En el contexto de los negociazos, no parece casualidad, como no fue casualidad el incendio del Banco de la Nación durante la Marcha de los Cuatro Suyos, cuyo sabotaje, a manos de agentes del SIN, fue comprobado durante un juicio en el que se exhibieron pruebas contundentes de la digitación desde el gobierno fujimorista. Tampoco pareció casualidad el incendio de un almacén del Ministerio de Educación en el 2012 cuando, entre otras pérdidas, se quemaron 40 mil laptops OLPC y 42 mil robots cuyas compras, a dedo, se habían convertido en uno de los múltiples cuestionamientos al gobierno aprista.

Le corresponde al Ministerio del Interior, a través de la policía, efectuar la investigación que despeje (o confirme) las suspicacias. Mientras tanto, este mismo ministerio tiene en sus manos otra tarea, quizás más importante. Desde hace un año, el Cuerpo General de Bomberos del Perú se encuentra adscrito al Ministerio del Interior. El plan de gobierno de PPK indica que, para el 2021, el Cuerpo General de Bomberos deberá estar reorganizado y descentralizado. Para entonces deberá existir una central única de emergencias que lo integre con la policía y el Sistema de Atención Móvil de Urgencias. 

Esa reorganización tiene que pasar con el inicio de un proceso de formalización del servicio. Esto no implica, necesariamente, la profesionalización total, pero sí dar pasos para un sistema mixto que permita la coexistencia de bomberos voluntarios y profesionales. Cada vez quedan menos países (Perú es uno de ellos, junto a Paraguay y Chile) en los que los miembros de este sistema son exclusivamente voluntarios.

¿Para qué? Entre otras cosas, para evitar que el Cuerpo sea constantemente manoseado por los gobiernos de turno, a cambio de prebendas. Un paseo por redes sociales muestra la desazón de muchos bomberos que –como si no fuera suficiente enfrentarse día a día a la indolencia o incluso la burla de la sociedad– no dudan en denunciar distintas corruptelas dentro del Cuerpo. Una breve muestra: ¿sabía usted que en el 2014, Alexis Humala, el del viajecito a Rusia, fue asimilado como bombero, en el grado de teniente? ¿Para qué, ah? En esas mismas fechas, Isaac Humala fue condecorado por el entonces comandante general. Todo esto sin mencionar nada de gobiernos anteriores, porque nos podemos ir, otra vez, hasta el fujimorismo.

Presidente: la mejor forma de honrar a los caídos, es rescatando a su institución. Ya es hora.