(Foto: Archivo El Comercio)
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Fernando Vivas

1) Keiko quería que PPK fracase. Él la atrasó, le ganó por un pelo y una vez en el poder, en lugar de llamarla a conciliar, la despreció e indujo a su padre y a su hermano a traicionarla. Se portó con ella peor que ella con él. Y ella no paró hasta vacarlo o empujarlo a la renuncia, que es lo mismo. Bueno, pues, con igual lógica con la que ansió el fin anticipado de PPK sin importarle demasiado lo que padecíamos los peruanos en el intento, ahora tiene que ansiar que a Martín Vizcarra le vaya bien. Ella ayudó a ponerlo y lleva una cuota de responsabilidad en lo que este haga. Es un buen augurio.

2) Moisés Mamani tiene una hoja de vida controversial, por decir lo menos. Pero los videos donde agarra al ppkausismo y a los ‘avengers’ con los pantalones abajo son perfectamente legítimos. Esa discusión sobre la moralidad del topo ya la resolvimos hace tiempo. Aburre volver a oírla. Ya el país ha dado un brinco y un vuelco con estos videos. Por eso, el Ministerio Público ha decidido investigar de oficio a los implicados. Mamani la hizo linda: Que se consigne en su expediente, a favor de su expiación.

3) El gobierno de PPK fue un negociazo. Las implicancias penales de esta frase las dejo a los fiscales. Lo que sostengo es que las décadas de dedicación de PPK a hacer estructuraciones financieras, levantando millones de dólares de bancos, gobiernos y entes multilaterales para que empresas y consorcios ganadores de licitaciones puedan ejecutar un megaproyecto; condicionó y pervirtió su paso por la política. Lo hizo cuando fue ministro de Toledo y su empresa Westfield pescó algunas estructuraciones. Lo hizo cuando fue presidente y se entercó en la estructuración de Chinchero con la propuesta más temeraria de su vida: nada de bancos ni de multilaterales, nada de intermediarios cobrando intereses y comisiones. Toda la plata la pondría el Estado y el Estado era él. Necesitamos un equipo multidisciplinario de economistas, politólogos, psicólogos, fiscales, entre otros, para explicar.

4) Fujimori solo debía ser indultado a condición de un mea culpa y un retiro de la política. Es lo que pensábamos varios –me incluyo– que nos manifestamos a favor de su indulto, solo si era fruto de esos gestos. Pero hizo apenas un mea culpa desganado y volvió a la política como operador antivacancia. La CIDH debe tener esto en cuenta y recomendar al Estado Peruano que revierta la gracia presidencial. Y Keiko tendrá que volver a decir lo que ya dijo: que no usará su poder político en beneficio de su padre.

5) Vizcarra no le debe nada a PPK. Al contrario, este casi lo enreda penalmente en el entuerto de Chinchero y le friega la vida. Su presidencia se la debe a la oposición. Y su lealtad se la debe al país.