¿Acaso no hay especialistas disponibles? Por supuesto que las hay
¿Acaso no hay especialistas disponibles? Por supuesto que las hay
Pedro Tenorio

Mucha tinta ha corrido durante la semana a raíz del debate acerca de una en la (JNJ), propuesta del Ejecutivo que, en este punto, no obtuvo respaldo del Congreso. Sin embargo, lejos de ser una derrota para el Gobierno, bien podría ser una iniciativa a capitalizar positivamente por el presidente . No sería la primera vez que este Parlamento rechaza una iniciativa de Palacio que luego es reasumida exitosamente por Vizcarra y compañía.

Por ahora triunfó la posición de quienes aseguran que la paridad de género es discriminatoria y nociva porque atenta contra la . “¿Por qué favorecer el ascenso de mujeres por el solo hecho de serlo y no atendiendo a sus méritos?”, insistían varias congresistas durante el debate. Cada quien tiene derecho de pensar como mejor le parezca, pero es obvio que la meritocracia no impera en nuestro país: no es cierto que siempre ascienden quienes más lo merecen sin importar su género. Eso lo dirá un papel, toda declaración de principios o de propósitos, pero sabemos que no es así. Y dado que esta situación no cambiará por vía legislativa, nada prohíbe que Vizcarra, quien propuso el tema de la paridad en la JNJ y perdió, tome la decisión política de promoverla allí donde sus atribuciones se lo permiten. ¿O acaso era una simple pose progresista?

Anímese, presidente Vizcarra. Si algo nos han enseñado sus 10 meses en el poder es que ninguno de sus ministros es imprescindible. ¡Comience por su Gabinete! En la próxima renovación ministerial, que no debería tardar mucho, designe igual número de ministros y ministras. Actualmente son 18, además del titular del Consejo, César Villanueva, por lo que podrían ser nueve varones y nueve mujeres (hoy solo hay cinco ministras, ¡no estamos lejos!). Haga de la paridad de género una realidad y no un mero concepto, para algunos, gaseoso y peligroso.

Luego, la Presidencia del Consejo de Ministros podría dar otro paso importante, llevando dicha paridad a los directorios de organismos públicos y reguladores, así como consejos y comisiones que dependen de ella, y siempre que sea factible. ¿Acaso no hay especialistas disponibles? Por supuesto que las hay. Sería una señal positiva en un país que convive con la discriminación –abierta o solapada– contra las mujeres y que necesita señales claras de que las cosas deben cambiar.

La Constitución dice que nadie puede ser impedido de hacer lo que esta no prohíbe (artículo 2, inc. 24). Y dado que la paridad de género no está prohibida, nada obsta que desde el Ejecutivo y evitando abusos, se tome una decisión política al respecto.