
Muchas personas aún desconocen los riesgos de someterse a una radiografía, pensando que es un procedimiento sencillo que cualquiera puede manejar. Sin embargo, los rayos X, si no se usan con valores técnicos adecuados, pueden causar serios problemas, no solo en el diagnóstico, sino en la salud a largo plazo, debido al uso incorrecto de Kv y el mA.
Uno de los mayores riesgos es el cáncer inducido por radiación. Además, la exposición puede causar mutaciones genéticas que afecten a futuras generaciones y dañar tejidos radiosensibles como el cristalino del ojo, la tiroides y la piel.
Estos peligros no solo comprometen a los pacientes; también afectan a operadores no capacitados. Por eso, es vital que quienes manejan estos equipos sean tecnólogos médicos en radiología colegiados y habilitados. Actualmente, en el Perú hay una preocupante escasez de estos profesionales, lo que obliga a tomar decisiones apresuradas y a permitir que personal sin formación opere los equipos.
La solución que propongo es una fiscalización estricta para asegurar que solo personal calificado maneje los equipos de rayos X. También es vital implementar programas de educación y certificación sobre protección radiológica, además de campañas para que los pacientes exijan atención de profesionales capacitados.
Esta labor no debe tomarse a la ligera; es una responsabilidad que debe estar en manos de tecnólogos médicos, no de personas que creen poder reemplazarlos sin formación adecuada.