No sé tú, por Mario Ghibellini
No sé tú, por Mario Ghibellini
Mario Ghibellini

Somos conscientes de que postular que Kenji no está solamente diciendo cosas obvias cuando dice cosas obvias es arriesgado. Desde hace un tiempo, sin embargo, se ha hecho evidente que el benjamín de los Fujimori tiene mentores y amigos calificados que le pasan apuntes antes de cada declaración pública, por lo que no resulta tan descabellado maliciar que esta semana, cuando en el contexto de las idas y venidas sobre la situación penitenciaria del más disolvente de los ingenieros, dijo: “Yo amo a mi padre”, estaba sugiriendo algo más. En concreto, que hay por allí alguien que, aun cuando es tan hijo (o hija) del ex presidente como él, no lo hace.

PELA LA NARANJA

¿Y cuál podría ser la solución a tan intrincada adivinanza? Pues si consideramos el ya mencionado contexto en el que la proclama se produjo, no es muy difícil aventurar una respuesta: Hiro no es, Sachi no es; pela la naranja y verás lo que es… El asunto del amor filial, por otra parte, no fue el único que Kenji abordó en su presentación del lunes. También exigió que Fuerza Popular asumiese “de manera más activa la lucha para lograr la libertad de Alberto Fujimori” y que “no se juegue ping pong” con la vida de su padre.

Sintiéndose aparentemente aludido, el presidente Kuczynski pronunció entonces una de las frases más lúcidas que se le haya escuchado desde que asumió el poder. “Yo no juego nada”, sentenció. Y difícilmente alguien se atrevería a discutírselo. Pero no era a él en realidad a quien Kenji le había tirado la pelota con su queja, sino, nuevamente, a Keiko, pues en su calidad de líder del partido con mayoría absoluta en el Congreso, era ella finalmente la responsable de la suerte que el proyecto Vieira –que podía permitirle a su padre cumplir el resto de su condena en casa– corriese en la comisión de Justicia. Kenji nunca se había manifestado abiertamente a favor del mismo, pero tampoco en contra. Y eso era suficiente para entender que lo prefería a nada.

Como se sabe, al final la iniciativa fue archivada, en gran medida por gestión de los legisladores de Fuerza Popular presentes en comisión. Pero Keiko, al parecer, no estaba dispuesta a quedarse con la pelota de su lado en este ping pong aparte que viene jugando con su hermano. Y quien se encargó de devolverla fue el secretario general del partido, José Chlimper.

“Cuando una hija es capaz de sufrir en soledad, sin contaminar ni enajenar políticamente al partido, ¡habemus estadista!”, escribió él en tono un tanto grandilocuente en su cuenta de Twitter. Pero contraponiendo minuciosamente la manera de procesar la amarga situación familiar de Keiko a la de su hermano. Es decir, “en soledad” y no en declaraciones públicas; y “sin contaminar al partido”, en lugar de conminándolo a asumir “de manera más activa la lucha” por liberar al ex presidente. Una forma, pues, de retornarle el ‘no sé tú, pero yo...’ que, en inadvertida evocación de Luis Miguel, Kenji le había encajado a la jefa.

¿Con qué jugada responderá ahora el menorcito de los Fujimori la bola con efecto que acaba de dar bote en su lado de la mesa? No lo sabemos, pero en cualquier caso, nos tememos que al final todas las pelotas le van a caer a Basombrío.

Esta columna fue publicada el 13 de mayo del 2017 en la revista Somos.