"El 28 de julio no necesariamente marca la independencia"
"El 28 de julio no necesariamente marca la independencia"

Cuenta una crónica de Julio Villanueva Chang publicada en El Comercio que, al día siguiente de la proclamación de la independencia, ningún diario dio la noticia. Recién el 30 de julio el periódico político y religioso “El Consolador” publicó la primicia y un día después el semanario “Los Andes” le dedicó menos de 25 palabras. La queja de unos ciudadanos por el alza del precio del pan y de la carne tuvo más espacio. “La población de Lima y alrededores no sabía qué estaba sucediendo”, explica el historiador Juan Luis Orrego.

— ¿Cuál era el clima?
De incertidumbre. La gente estaba pendiente de lo que ocurría con San Martín, con el ejército del virrey que estaba en Cusco, las noticias de otras regiones de América del Sur y, por supuesto, de lo que ocurría en España. Por eso deben entender que durante todos los años de la guerra de independencia, que en realidad empezó en la década de 1810 y terminó en 1824 o 1825, la población estaba pendiente de muchos acontecimientos de manera simultánea y no sabía cómo comportarse porque la información era contradictoria. Hay que tener en cuenta que la independencia fue una guerra civil y tuvo unos costos humanos muy grandes, no solo por el número de muertos que se calcula entre 20 y 30 mil, sino porque también hay familias que se partieron, fortunas que cayeron y podías tener a un familiar en el otro bando. Ese es el drama humano de la independencia. Muchas veces pensamos que fue una guerra victoriosa y que la mayoría pateaba hacia el mismo arco, eso no es cierto. Es un fenómeno complejo porque fue una y varias guerras al mismo tiempo: fue una guerra civil, una guerra de ocupación por los ejércitos que vinieron con San Martín y Bolívar, y una guerra entre los realistas y los patriotas.

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