Adopciones prioritarias: más de 350 menores buscan una familia
René Zubieta Pacco

Tu cuidado quizás pulcro o indigno
era fruto de la caridad
olvidando casi por completo 
que el amor era tu gran necesidad. 

El ingeniero químico Pedro López escribió estos versos como parte de una fórmula, que tuvo como elemento principal al amor de padre. Un sentimiento que aguardó más de lo esperado para ser expresado, puesto que los azares de la vida no le permitieron a él ni a su esposa Teresa Gutiérrez procrear su propia descendencia. Y conscientes de que en otro lugar algún pequeño solo en el mundo esperaba justamente recibir amor, ambos concretaron por la vía de la el sueño que tenían desde que se casaron en 1998: tener dos hijos. 

“Pasamos por tratamientos, gastamos dinero, nos agotamos psicológicamente. Todo lo que lleva esto hasta la decisión de ir por este camino”, cuenta Pedro. Es así que ya con la adopción de su primer hijo varón el 2005, un bebe de un año nacido en Cusco, la pareja buscó al segundo. Esta vez, con gran desprendimiento, el 2013 decidieron finalmente por un menor de 12 años, 10 de los cuales había pasado en un albergue de Huachipa sin conocer lo que era una familia. 

Este tipo de adopción es la considerada como prioritaria por el Estado peruano. Las adopciones prioritarias son las que consideran a niños y niñas mayores de nueve años, con discapacidad o problemas de salud, adolescentes y grupos de hermanos. Justamente los que más esperan por conocer qué significa tener un hogar, padres y hermanos.

¿Qué hizo que esta pareja haya preferido a un casi adolescente y no a un niño al cual verían crecer? Cuenta Pedro que él y su esposa iniciaron los trámites de adopción por la vía tradicional para estar en una lista de espera, pero luego optaron por un menor en condición prioritaria, pues lo conocían del albergue que visitaban y estudiaba en el mismo colegio de su otro hijo. “Mi primer hijo pidió que sea este niño”, recuerda. Así, los menores pasaron de ser solo amigos a ser hermanos. 

El segundo hijo de Pedro y Teresa, hoy de 14 años y en cuarto grado de secundaria, tuvo las dudas y sentimientos encontrados que pueden llegar a tener los menores adoptados. Pero hoy es un adolescente con inquietudes y sueños, como cualquier otro, y que tiene la suerte de tener una familia con la que vive en San Juan de Lurigancho. Comenta que le gustan más el arte, la música y las letras, que las matemáticas. Y no parece tímido. Es más, junto a sus padres y su hermano se animó con soltura a participar de un 'flashmob' que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables () organizó el sábado pasado en San Miguel como parte de la campaña ‘Espero por ti’, que promueve las adopciones prioritarias.

La experiencia hizo que Pedro fundara la Asociación Peruana de Fammilias Adoptivas Ruruchay. “Desde que adoptamos a nuestros niños, hemos ido construyendo el camino con gente que tenía los mismos intereses”, indica sobre la organización formalizada el 2013 con el objetivo de hacer cultura de adopción y brindar apoyo a las familias adoptivas a través de talleres. 

Un proceso más rápido
El viceministro de Poblaciones Vulnerables, Fernando Bolaños Galdós, señala que actualmente hay Centros de Atención Residencial (CAR) a cargo del sector público y más de 200 son albergues privados, con la supervisión del MIMP. Asimismo, existen unos 8.000 menores en esos espacios, pero “son muy pocos los declarados judicialmente en abandono”, por lo que no pueden ser dados aún en adopción.

Actualmente hay 359 niños, niñas y adolescentes en el Registro de Adopciones Prioritarias, quienes esperan por una familia. Bolaños acota que son 267 las familias (184 peruanas y 83 extranjeras) que están en la lista de espera por una adopción tras pasar por capacitaciones y evaluaciones de al menos 7 meses, pero hace una precisión:   

“Si la familia decide adoptar un menor en estado prioritario, el proceso es más rápido. Las otras familias pueden esperar, a veces, de 6 meses a un año o dos. Pero no es porque el proceso demore, sino porque hay una lista de espera y buscamos a la mejor familia que se acomode para el niño que está esperando sea adoptado”.

Según el viceministro, las adopciones prioritarias se han incrementado. Y es que cada vez se entiende más que la adopción también es una vía de formar una familia. Pedro, Teresa y sus dos hijos lo saben. 

DATOS
- El 2015 fueron adoptados 176 menores, 52 del grupo de prioritarios.
- En lo que va del 2016, 90 fueron adoptados y 43 son del grupo de prioritarios.
- Cada mes, la Dirección General de Adopciones del MIMP recibe de 10 a 12 expedientes de menores declarados judicialmente en abandono. El 30% ingresa al Registro de Adopciones Prioritarias. 

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