Agua que da cólera [INFORME]
Agua que da cólera [INFORME]

“Hemos conseguido brindarles y saneamiento a más de 7 millones y medio de peruanos [y] al final de mi gobierno, 95% de la población urbana [...] tendrá acceso al agua potable”. Las palabras las dijo el presidente durante su último discurso por 28 de julio.

La realidad parece coincidir. Según la (Sunass), la cobertura de agua potable en el área urbana era de 93% en el 2014. 

Sin embargo, el diablo está en los promedios. El número esconde, en realidad, grandes diferencias entre distintas zonas y empresas prestadoras de servicios de agua y saneamiento (EPS). Eso explica que algunas EPS, sobre todo las pequeñas y medianas –que son la mayoría–, a duras penas lleguen al 70% en cobertura.  

Por otro lado, las cifras del presidente no dan cuenta de la baja calidad del servicio que se brinda a los ciudadanos, principalmente a los de menos recursos. 

Días antes del discurso, el ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), Milton von Hesse, declaraba que “las EPS están podridas […] la plata que se destina a agua y saneamiento es la peor gestionada”.

LA HISTORIA DE LAS EPS

En abril de 1990, conforme los decretos legislativos 574 y 601, todas las empresas filiales y unidades operativas del Servicio Nacional de Abastecimiento de Agua Potable y Alcantarillado (Senapa) pasaron a ser parte de las municipalidades provinciales y distritales.

Mientras el gobierno privatizaba durante los noventa otros servicios básicos, como la electricidad o la telefonía (que 12 años luego de su privatización aumentaron sus coberturas en 168% y 56%, respectivamente), no tocaba las EPS. El agua, se pensaba, no podía ser objeto de negocio. Sería el Estado el responsable de que este servicio llegue a la población urbana. 

Actualmente, hay 50 EPS, 49 públicas y 1 privada (grandes, medianas, pequeñas).

SERVICIO DEFICIENTE

La mala calidad del servicio de agua potable llama la atención ya que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Perú es el octavo país del mundo con la mayor cantidad de reservas de agua dulce. 

1. Cuántos

De acuerdo con la Sunass, la cobertura de agua potable y alcantarillado en las zonas urbanas del país es de 93% y 85%, respectivamente. Sin embargo, si ponemos estas cifras bajo el microscopio, encontramos una realidad distinta. 

Las EPS pequeñas y medianas tienen una cobertura promedio de solo 83% y 86%, respectivamente. Pero ya que Sedapal –que suministra agua a casi un tercio de los peruanos– tiene una cobertura de 97%, si promediamos este porcentaje con los anteriores, encontramos que la cifra global aumenta considerablemente.

Por ello, si se dejara de lado al gigante limeño y a las EPS más grandes, el promedio de cobertura caería en casi 10 puntos porcentuales. 

Dicho de otra forma, en muchos lugares del interior del país la cobertura es deficiente. 

En regiones de escasos recursos como Ucayali, el 61% de la población no accede al servicio de agua potable. En Loreto, solo el 54% de la población tiene acceso a una red de alcantarillado.

2. Tiempo

Al problema de cobertura se suma el de la calidad del servicio. 

Actualmente hay 8 empresas con una continuidad menor a las 10 horas y 3 que ofrecen entre 1 a 2 horas de servicio al día. 

Según la Sunass, la Epssmu –que provee de agua potable a más de 30.000 pobladores de Amazonas– ofrece el servicio solo 1,6 horas diarias a quienes tienen conexiones domiciliarias activas. 

3. Quejas

Ante un servicio deficiente, las quejas no tardan en llegar. Por ejemplo, en el 2014 se registraron más de 8 mil reclamos en Huánuco, Loreto y San Martín. Las razones: filtraciones, fugas, falta de mantenimiento e inadecuada facturación. 

Según la PCM, aproximadamente el 5% de los conflictos sociales en el país están relacionados con el uso doméstico del agua. 

Aguas de Tumbes (Atusa) es la única EPS privada del país. Esta fue otorgada en concesión en los años noventa. Si bien se podría asumir que, al ser una empresa privada, su funcionamiento sería más eficiente, este no es el caso. Actualmente hay diversas quejas sobre la cobertura y la calidad del servicio que otorga la empresa. En el 2014 hubo 7.388 reclamos. El problema de fondo es que cuando la empresa quiso subir las tarifas para invertir y brindar un mejor servicio, la municipalidad se lo impidió. A inicios de este año, Edgar Gálvez, gerente general de la empresa, mencionó que se requieren  de S/.750 millones en inversiones para que “todo Tumbes cuente con un servicio de calidad las 24 horas del día”.

PROBLEMAS DE FONDO

En el origen del problema de la mala calidad del agua convergen una serie de factores que se  han arraigado con el tiempo:

La Ley

De acuerdo con la Ley de Modernización de Servicios de Saneamiento, las EPS –que están a cargo de las municipalidades– tienen el monopolio de la distribución de agua.

Al estar gestionadas por las municipalidades, los directores (principalmente los alcaldes y sus allegados) son responsables de nombrar a los gerentes.  

Inevitablemente, este modelo ha llevado a la politización de las EPS y, con ello, a su ineficiencia, malos manejos, populismo  y corrupción. 

Para Von Hesse, la situación de las EPS es “abiertamente corrupta. Hay un sistema negro de cobro de tarifas; se dividen entre los funcionarios que trabajan en estas empresas”.

Corrupción

Las EPS no solo adquieren dinero gracias a sus cobros. Como parte del Programa Nacional de Saneamiento Urbano, también reciben transferencias del Ministerio de Vivienda. En el 2013, el monto total llegó a S/.675 millones.

Las acusaciones de corrupción no se han hecho esperar.

La Contraloría General de la República este año encontró deficiencias en proyectos de inversión relacionados con irregularidades en concursos, poca transparencia, sobrevaloración de precios y uso de bienes y servicios de mala calidad.

A inicios de este año, por ejemplo, Fidel Carita, ex alcalde de Tacna, fue denunciado por haber pagado honorarios de serenos de manera irregular a través de la EPS cuyo directorio presidía. 

En Lambayeque, la fiscalía ha abierto investigaciones a diez ex funcionarios de la EPS Epsel, algunos de ellos relacionados con la organización criminal Los Limpios de la Corrupción. 

Finanzas

La situación financiera de algunas de estas empresas también es alarmante. Si analizamos sus estados financieros, encontramos que, en promedio, su deuda supera su patrimonio. 

En el caso de las EPS pequeñas, en promedio las deudas duplican su capital. Sedapar (Arequipa), por ejemplo, tiene un nivel de endeudamiento que supera 10 veces su patrimonio. 

Para Von Hesse: “Catorce de las empresas presentan problemas de liquidez, 24 tienen problemas de solvencia y una empresa está financieramente quebrada”.

Pérdidas

Gran parte de estos problemas financieros se explican por la inadecuada micromedición del agua. Los usuarios pagan muchas veces menos de su consumo exacto.

Es así que muchas EPS terminan cobrando por menos de lo que brindan. En el caso de las EPS medianas, por ejemplo, el agua no facturada alcanza un 46%.

TESTIMONIO: UN DÍA SIN AGUA EN HUAYCÁN

‘Juana’ llegó a la capital desde Ayacucho con sus dos hijos de cinco y siete años y se instaló en las zonas altas de Huaycán, donde también habían llegado unos familiares dos años antes. Con el poco dinero que obtuvo de la venta de unas tierras de Coracora, pudo construir una pequeña casa con triplay, esteras y plásticos. 

Para abastecerse de agua, ‘Juana’ compra a los ‘aguateros’: camiones-cisterna que se acercan a las zonas altas y llenan unos cilindros. Estos tienen que ser tapados para evitar que los mosquitos pongan sus larvas. Por no cuidar el cilindro, el hijo de su prima contrajo dengue el año pasado y los costos de hospitalización y medicinas perjudicaron económicamente a la familia. Además, es común que sus parientes y vecinos tengan que ir a la posta para ser tratados por diarreas o deshidratación. 

A raíz de este problema, ‘Juana’, su prima y unos cuantos pobladores han formado una comisión de agua para reclamar al alcalde que les pongan agua y alcantarillado. El problema es que los lotes en los que están no tienen títulos de propiedad. La empresa no se quiere arriesgar a poner tuberías porque la zonificación puede cambiar en el futuro. Teme, también, que el cobro sea imposible, ya que el usuario es difícil de identificar.

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