Anemia infantil: empieza un nuevo plan para erradicar este mal
Anemia infantil: empieza un nuevo plan para erradicar este mal
Jorge Falen

La es uno de los principales problemas de salud pública en el país. Esta enfermedad –causada por la baja ingesta de hierro a través de los alimentos– afecta actualmente al 43,5% de niños menores de 3 años y al 20,7% de gestantes en el Perú.

Sus efectos se evidencian a corto y mediano plazo. Afecta el desarrollo psicomotor y cognitivo en la primera infancia, que luego impactará negativamente en el desempeño escolar de los niños y niñas. También incrementa el riesgo de mortalidad fetal durante el embarazo.

El ha anunciado su interés en reducir el nivel de anemia infantil, que aumentó 1,2 puntos porcentuales entre el 2011 y el 2016. El Ministerio de Salud () presentó a mediados de diciembre el Plan Nacional de Reducción y Control de la Anemia para el período 2017-2021.

Su implementación –cuyo inicio está previsto para este mes– tendrá como objetivo reducir el índice de anemia del 43,5% al 19% hacia el bicentenario (2021). Por lo pronto, el Ejecutivo buscará reducir su incidencia en 6 puntos porcentuales, hasta alcanzar el 37,5% en el 2017.

—Plan al detalle—

La lucha contra la anemia para los próximos 5 años abarcará 15 acciones estratégicas destinadas al tratamiento, prevención y seguimiento de esta enfermedad.

María Inés Sánchez-Griñán, asesora del despacho ministerial del Minsa, señala que, a diferencia de programas anteriores, cada una de las acciones contará con metas cuantificables que serán monitoreadas y medidas en forma permanente.

“Después de que los niños menores de 3 años salgan de la anemia ingresarán a un período preventivo para evitar una recaída. Continuarán su tratamiento con base en micronutrientes [conocidos como chispitas], gotas y jarabes”, explica.

La funcionaria destacó que el plan enfatizará las visitas domiciliarias, la asesoría en la preparación de alimentos ricos en hierro y el control del peso y talla en menores de entre 6 meses y 3 años.

La adopción de las metas será supervisada por la Unidad de Cumplimiento de la Presidencia del Consejo de Ministros. Además de la anemia, dicha oficina monitoreará la reducción de la desnutrición infantil.

La puesta en marcha del plan tendrá un enfoque multisectorial en los tres niveles de gobierno. Además del Minsa, también contará con la participación del Midis (a través de programas como Juntos o Cuna Más) y el Ministerio de Educación (en albergues infantiles).

Asimismo, el Ministerio de Agricultura y Riego  impulsará proyectos agropecuarios destinados a la producción de alimentos ricos en hierro en las zonas rurales (crianza de cuyes y pescado, entre otras).

Las municipalidades recibirán asesoría del Gobierno para  incorporar en su presupuesto actividades ligadas a la reducción de la anemia, mientras que las direcciones regionales de salud adecuarán sus planes regionales a las acciones contempladas en el plan nacional.

Las acciones priorizadas del plan contarán con un financiamiento de S/1.980 millones para este año, 14% más con relación al 2016. Este monto provendrá del pliego correspondiente al Programa Articulado Nutricional y al Programa Materno Neonatal del Minsa.

—Estado actual—

Los niveles de en el Perú se han mantenido altos en los últimos años. En el 2006 la tasa de anemia infantil bordeaba el 56%, 13 puntos por encima de lo observado en el 2016.

Luego de una ligera reducción, dicha cifra mostró un repunte en los años 2013 y 2014. En aquella ocasión, el Minsa explicó que el incremento estuvo asociado a problemas logísticos en la distribución de los micronutrientes.

La anemia está presente en todas las regiones del país. Si bien tiene mayor incidencia en regiones del interior y con altos niveles de pobreza (Puno, Apurímac o Loreto), también está presente en aquellos departamentos que registran un mayor desarrollo social.

“La alimentación en las casas del Perú no tiene las cantidades suficientes de hierro. La dieta que reciben los niños del quintil más rico alcanza solo el 30% de hierro necesario. En el caso del más pobre, la cifra baja a 10%”,  explica Sánchez-Griñán.

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