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Entre los valles encantados de Lunahuaná, sierra de Cañete, existe una figura que mezcla historia, mito y misterio: Katherine, una momia preincaica hallada en la zona de Catapalla. Su hallazgo, que ha sorprendido tanto a turistas como especialistas, ocurrió hace veinte años y hoy convoca a miles de visitantes nacionales y extranjeros.

Catapalla es un pequeño anexo del distrito de Lunahuaná, conocido por su belleza natural, viñedos, puentes colgantes y restos arqueológicos preincaicos. Allí ha vivido durante toda su vida Rafael Alcalá, quien descubrió a Katherine el 7 de junio del 2005.
La historia del hallazgo de Katherine
Desde niño, Rafael Alcalá ha dedicado su vida a cultivar diferentes especies vegetales y a la crianza de animales. En el 2005, criaba abejas con su primo bajo el sol abrasador de Lunahuaná. Un día, al revisar los cajones de colmenas de abejas, se dio cuenta de que faltaban dos. Decidió buscarlas en la falda de un cerro del actual sitio arqueológico Suero de Catapalla.
“Empecé a ver montículos de tierra, uno tras otro, y pensé que estaban construyendo y sacando arena. Continué mi camino y en eso vi una lomada en la que había telas de colores, cráneos y restos de antepasados. Era evidente que los habían saqueado bajo la tierra unas horas antes, así que llamé a la policía. Eran las 9 de la mañana”, relata Alcalá a El Comercio.

Las autoridades llegaron cinco horas después. En ese lapso, ante la falta de respuesta, la curiosidad de Rafael lo llevó a retirar una piedra redonda bajo la cual se hundía la tierra que tocaba. Lo que pasó en ese instante cambiaría su vida en adelante.

“Vi una momia completa y con todas sus vestimentas. Era sorprendente. Las otras momias no habían tenido la misma suerte, porque los saqueadores las habían destrozado. Pero Katherine estaba en posición fetal, envuelta por sus mantas y junto a cerámicas y semillas“, recuerda entusiasmado.

Sueños reveladores
La conexión de Rafael con aquella momia había empezado en días anteriores (o noches, para ser preciso). Poco después de descubrir a Katherine y los otros cinco cadáveres embalsamados, recordó un sueño que se había repetido en cuatro oportunidades.
Veía a dos adultos —un señor de gran contextura y una mujer de falda larga— una joven, que llevaba cántaros en la cabeza, y dos menores. “Estas personas aparecían en mi sueño cerca a una piedra inmensa y luego se perdían. Si hubiera hecho caso al sueño, hubiera salvado a toda la familia de Katherine. Ellos ya estaban pidiendo que yo vaya. Me pesa no haber ido”, lamenta Rafael.

¿Por qué la famosa momia tiene el nombre mencionado? La razón se debe a otro de sus sueños. “En el 2005, mi esposa estaba embarazada. Ambos le pusimos Esmeralda cuando nació por una famosa novela que veíamos cuando teníamos 15 años. Meses después del descubrimiento, en mis sueños aparecía una niña en una casa de caña a lo que yo llamaba Katherine. Pero ni mi casa es de caña, ni mi hija se llamaba así. Allí entendí que la momia quería que le dé ese nombre”, detalla.
Representantes del Instituto Nacional de Cultura del Perú, antecesor del actual Ministerio de Cultura (Mincul), llegaron un día después del descubrimiento de Rafael. “Yo era representante del gobierno central de Lunahuaná. Estaba de acuerdo con que investiguen sobre las momias, pero pedí, como autoridad, que no se las llevaran y así fue”, relata.
Rafael buscó los elementos necesarios para darle el mejor cuidado a aquellas reliquias. Las colocó con cuidado en una caja amplia y bien acondicionada y construyó una pequeña choza de caña.
El incierto origen de Katherine
Desde el 2005, diferentes arqueólogos han llegado hasta Catapalla motivados por la curiosidad del hallazgo de la momia Katherine. La posición fetal y el meticuloso envoltorio funerario en el que fue encontrado indican un fuerte contenido ritual y simbólico, lo que sugiere que fue una mujer de gran relevancia para su comunidad.
Sin embargo, su antigüedad y la cultura a la que perteneció todavía no han sido revelados, pues no se ha hecho un estudio profundo de su origen. “Arqueólogos independientes me han dicho que sus características y las reliquias que han encontrado bajo el suelo tienen elementos de la cultura de los Huarco, una comunidad de Cañete anterior a los españoles, e incluso de los Nazca”, comenta Rafael.
Puesta en valor
Lunahuaná cuenta con diferentes sitios arqueológicos, como el complejo de Incahuasi, la Tuna y Sueros, donde se encuentra Katherine. Sin embargo, de acuerdo con Rafael, el Mincul no ha mostrado preocupación por investigar o preservar los restos de esta momia. “Más de mil personas visitan a Katherine cada mes; la mayoría son extranjeros. Las agencias turísticas y el municipio de Lunahuaná promocionan llegar hasta donde está a Katherine en caballo o cuatrimoto, cobrando cincuenta u ochenta soles. Pero tampoco se han preocupado en contribuir para protegerla”, advierte.

Adicionalmente, alertó que con frecuencia debe cambiar la caja en la que se encuentra Katherine, debido a que sus restos y otros vestigios preincaicos de la zona sufren intentos de saqueo. “Cada vez que intentan saquearla, sueño que están atacando a mi casa. Es la forma de Katherine de avisarme que algo malo ocurre”, narró.
Por ello, el agricultor solicita al Mincul que el espacio donde se encuentra el cadáver embalsamado sea puesto en valor para su preservación y los estudios técnicos correspondientes que diluciden su origen. Asimismo, Rafael sostiene que existen otras reliquias arqueológicas en Sueros que ha descubierto y merecen ser protegidas.
“No quiero que mi esfuerzo haya sido en vano. Quisiera que el Mincul ponga en valor el sitio donde está Katherine, que ya es como una familiar para mí”, afirma conmovido.