Recopilan historias de los internos en reformatorio de Arequipa
Recopilan historias de los internos en reformatorio de Arequipa
Jorge Malpartida Tabuchi

Muki estaba decidido a matar a su padre. Lo iba a hacer cuando creciera y tuviera la suficiente fuerza para defenderse. Él es el segundo de tres hermanos y desde niño había visto cómo su papá agarraba a golpes a su madre cuando se emborrachaba, allá en la provincia de Calca (Cusco), donde vivían desde el 2004. “No pienses hacer locuras, hijito, ya tu papá se dará cuenta y cambiará”, decía su madre cada vez que Muki le expresaba el odio que crecía dentro de su corazón.

Pero su papá nunca cambió y Muki empezó a alejarse del hogar. Primero hizo amistades en las cabinas de Internet y luego, lejos del control paterno, Muki comenzó a desfogarse en los videojuegos en línea. Poco a poco se volvió adicto y empezó a robar para pagar su vicio. Sacaba dinero de la cartera de su madre y hurtaba las gallinas de los vecinos. Cuando su padre se enteró de lo que estaba haciendo, quiso golpearlo con una soga pero él no se dejó. Muki le metió un puñetazo en el rostro y cumplió, en parte, con la venganza que había planificado desde niño.

No llegó a matarlo pero ese acto violento alejó a Muji de su familia. Lo comenzaron a tratar con indiferencia. No importaba que viniera borracho o que no asistiera a clases, la vida de Muki ya no les interesaba. A los 16 años, todo se salió de control: además de robar y consumir drogas, Muki empezó a frecuentar prostitutas. Un día, al salir del colegio, fue con unos amigos a emborracharse con vodka. Llamaron a unas amigas del barrio y esa noche Muki conoció a una adolescente, a quien violó. 

Ahora Muki se encuentra en el Centro Juvenil Alfonso Ugarte de Arequipa, donde viven 110 adolescentes en conflicto con la ley de las regiones del sur. Tiene 18 años y ya lleva dos años encerrado. Su testimonio fue recopilado por especialistas de la asociación civil Observatorio de Prisiones de Arequipa, como parte de su proyecto Historias de Vida, en el que los jóvenes expresan las circunstancias que los llevaron a delinquir, a fin de que las autoridades encuentren las causas estructurales de la criminalidad juvenil. El 80% de los internos del Alfonso Ugarte provienen de un entorno violento. La mayoría está encerrada por cometer hurto agravado, pero también hay decenas de casos de violación  y homicidio.

Buscando un rumbo

Aunque nació en el Cusco y creció en Lima, en la barra brava de Universitario de Deportes lo conocían como ‘Norte’ pues, según las noticias, de esa zona del país venía la gente más avezada. Y ‘Norte’ no le tenía miedo a nada. Con 15 años, en una visita a Arequipa, se fue con 60 hinchas de la ‘U’ a pelear contra más de 100 simpatizantes del Melgar. Repartió golpes a todo el que no tuviera la camiseta crema. 

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