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Máncora

Máncora, la otrora paradisíaca playa del norte, sigue sumida en el desorden, pese a que existen ordenanzas municipales que pretenden encaminarla hacia un balneario sostenible. Los vecinos de los sectores de Pocitas y Vichayito acataron este último domingo una marcha pacífica para exigir a las autoridades que frenen el ingreso de cuatrimotos y negocios recreativos a la playa.

Susy Dyson, subprefecta de Máncora, dijo a El Comercio que la marcha tuvo como objetivo concientizar a los visitantes y dueños de negocios al cuidado de la playa. “Las cuatrimotos matan los huevos de las tortugas y son un peligro constante para los bañistas. A mí casi me han atropellado ayer. Y hay una ordenanza, pero nadie la hace cumplir”, dijo.

Con ella coincidió Lucía Echecopar, tesorera de la Asociación Ambiental de Máncora, quien dijo que además de las cuatrimotos hay juegos recreativos (como bananos, motos acuáticas y hasta caballos) que contribuyen al desorden en esta playa. “Todo el mundo hace lo que quiere, porque nadie controla ni fiscaliza. Hay ruidos molestos, y en las cuatrimotos andan menores de edad”, comentó.

-Ley y desorden-

Hace tres años, el municipio distrital de Máncora emitió la ordenanza 010-2015 que prohíbe el uso, manejo y circulación de cuatrimotos, motos acuáticas y bananos, así como animales y otros que transiten o circulen por la zona de playa. La norma buscaba ordenar la playa, evitar accidentes y cuidar la integridad física de los bañistas. Sin embargo, hasta ahora no ha sido posible recuperar la tranquilidad en este balneario.

Voceros del municipio dijeron que apenas tienen 6 empleados del área de Fiscalización y 8 policías municipales, que trabajan en dos turnos. Es decir, en el día hay solo 7 personas que intentan custodiar la playa. “Es un problema de falta de personal, pero también de que ya hemos retirado a varios propietarios de cuatrimotos y juegos y vuelven”, comentó.

En el distrito de Los Órganos también un grupo de vecinos protestó pacíficamente, con carteles, el último domingo, contra el ingreso continuo de cuatrimotos y ambulantes a la zona de playa. Junto a Máncora, son las playas más visitadas durante el verano.

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