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Contaminación en el nevado Huaytapallana disminuye en un 90%
Junior Meza

El nevado Huaytapallana ubicado a una hora y media al este de Huancayo, en la región Junín, es una de las fuentes de mayor recurso hídrico que provee a la población de esta provincia que hasta hace algunos años se hallaba en agonía. Hoy, el nevado ha cambiado su imagen y cada día los guardaparques, población de la comunidad de Acopalca y autoridades luchan para seguir disminuyendo su contaminación que hasta el 2016 era sumamente alta.

Diversas campañas de plantaciones de árboles han ayudado a sembrar agua en distintos puntos de la cordillera y zonas cercanas a las seis lagunas que se ubican dentro de las 5 mil hectáreas de terreno. El último fin de semana, al menos 100 sacerdotes andinos acompañados de sus familiares realizaron un nuevo lote de plantaciones de quinuales y pinos que superan los 700.

En los últimos dos años diversas instituciones también se han sumado a la recuperación del Huaytapallana y a la fecha se tiene cerca de 10 mil plantaciones de vegetales en zonas de difícil acceso.

Domingo Ventura Barja vive hace 57 años en la comunidad de Acopalca y actualmente es jefe de guardaparques en el Área de Conservación del Huaytapallana. Él cuenta que durante la limpieza de la laguna Lasuntay en el año 2016, se retiró un total de 6 costales llenos de ropa que habían sido abandonados y arrojados a las aguas por los ‘chamanes’. Otros residuos y desperdicios superaron las 15 toneladas y fueron retirados solo en dicha jornada.

También dijo haber sido testigo de la muerte de varios animales, pues el plástico que se dejaba tirado en la pampa era devorado por los vacunos y ovejas provocándoles la muerte. Desde que Ventura asumió su cargo se realizaron diversos operativos, en coordinación con varias instituciones, para prohibir el ingreso excesivo del bolsas de plástico, platos de tecnopor, botellas de vidrios, frutas, velas y otros artículos que contaminan seriamente al nevado y que son utilizados para diversos rituales.

Desde la fecha en que se tomó la decisión de recuperar este área protegida, el nevado sólo puede ser observado desde unos dos kilómetros de distancia y esto es controlado por los guardaparques que se hallan instalados en tres garitas.

Para Fredy Valencia, gerente Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente, años atrás los sacerdotes andinos que ofrecían pagos a la tierra eran los que contaminaban el glaciar y sus alrededores, es por ello que han decidido empadronarlos. En la actualidad ellos cuentan con un lugar especial donde realizan sus labores.

“Nos organizamos y convocamos a las organizaciones de guías turísticos y con los sacerdotes andinos conformamos un consejo y a través de la gerencia de Recursos Naturales todos nos comprometimos a ser cuidadosos con los recursos del Huaytapallana", señaló Valencia.

Más de 200 sacerdotes andinos han recibido capacitaciones y charlas, y solo 40 han sido autorizados para realizar este tipo de práctica, pues han demostrado que tienen compromiso con la naturaleza”, contó a El Comercio.

“El Huaytapallana hoy está limpio, ordenado y sobretodo no hay contaminación ya que tenemos un orden de ingreso y salida de las personas que visitan este lugar donde la biodiversidad se está recuperando y las lagunas están totalmente limpias”, puntualizó el gerente Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente.

El funcionario mencionó que cada año el nevado pierde su masa y que según el Instituto Geofísico del Perú (IGP) para el 2030 Huancayo ya no contaría con el nevado del Huaytapallana y se sentirá la escasez de agua en la población que lo rodea.

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