Según la policía, los traficantes de droga tienen la logística y capacidad económica para tender pistas como esta en la selva. La provincia de Atalaya, en Ucayali, está en la mira. (Foto: Mininter)
Según la policía, los traficantes de droga tienen la logística y capacidad económica para tender pistas como esta en la selva. La provincia de Atalaya, en Ucayali, está en la mira. (Foto: Mininter)
Enrique Vera

Los datos sobre el ‘Mono’ indicaban una misma ruta y un solo destino: la provincia de Atalaya (Ucayali). El 4 de mayo, de madrugada, él y sus tres sicarios llevaban 360 kilos de cocaína en un furgón cargado de costales repletos. Todo debía ser enviado a Brasil en una avioneta que iba a aterrizar al amanecer en el distrito de Sepahua.

A mitad de su camino, en la vía que cruza Naylamp de Sonomoro, en Pangoa (Junín), la policía apareció. Los cuatro saltaron de la camioneta y desde una zona alta y boscosa iniciaron una balacera. Cuando el ‘Mono’ rodó herido, el restó huyó.

La policía había seguido el curso de la droga desde que fue acopiada en Canayre (Ayacucho), y luego llevada en botes al Puerto Anapati. Allí el cargamento pasó al furgón, que recorrió los poblados de Santa Cruz y Mazaronkiari, antes de ser intervenido en Pangoa. A los narcotraficantes solo les faltaba pasar por Mazamari y Puerto Ocopa para llegar a Ucayali.

Esta es una de las rutas que utilizan las mafias para trasladar a Atalaya la droga procesada en los laboratorios del Vraem. Otras conducen al Manu (Madre de Dios), al distrito de Codo del Pozuzo (Huánuco) y al valle de Pichis Palcazú (Pasco).

Agentes de inteligencia antidrogas estiman que el narcotráfico ha ido habilitando pistas de aterrizaje en estos sectores de la selva desde fines del 2015, luego de que casi 200 vías clandestinas de este tipo fueran destruidas en el Vraem.

-Narcovuelos-

La División de Operaciones Especiales de la Policía Los Sinchis de Mazamari ha detectado al menos 25 pistas clandestinas en Atalaya. La Comisión de Defensa del Congreso, a través del legislador Carlos Tubino (Fuerza Popular), informó a El Comercio que la mayoría está en Sepahua, y que los vuelos se registran a diario hacia Bolivia.

Otras siete han sido identificadas en Codo del Pozuzo por la misma división. Además, tras la captura de una avioneta con 293 kilos de cocaína en el Manu, a fines de junio, la Dirección Antidrogas (Dirandro) dio cuenta de que los narcos también están operando en cinco pistas de Madre de Dios.

La semana pasada durante un sobrevuelo de inspección por la cuencas de los ríos Pichis, Palcazú y Pachitea, la Fuerza Aérea habría constatado la existencia de una cantidad de pistas similares a las encontradas en Atalaya.

En el valle de Pichis Palcazú, hace dos meses, la policía destruyó 31 vías para el despegue y aterrizaje de avionetas del narcotráfico.

Según explicó el coronel PNP, Jhonel Castillo, jefe de Los Sinchis de Mazamari, los traficantes de droga tienen la suficiente capacidad económica para la rápida rehabilitación de una pista pagándole a los mismos vecinos de los sectores intervenidos.

“No vamos a poder neutralizar al narcotráfico si no somos bien implementados en armamentos y municiones”, manifestó.

De otro lado, precisó que, si bien se ha llevado a cabo con éxito una serie de operaciones de incautación de drogas e insumos para su elaboración, las cantidades que llegan a salir del país casi cuadriplican el porcentaje decomisado. En lo que va del año, unas 29 toneladas de cocaína han sido incautadas en distintos puntos del Perú, informó días atrás a este Diario el jefe de la Dirandro, Héctor Loayza.

Pese a que distintas inspecciones de las fuerzas del orden apuntan a la provincia de Atalaya como una de las principales zonas desde donde se tiende un puente aéreo para el transporte de cocaína, el alcalde Francisco Mendoza minimizó el riesgo y sostuvo que la situación sería mucho más visible en caso fuera así.

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