Las nuevas macrorregiones en formación en el país [INFORME]
Las nuevas macrorregiones en formación en el país [INFORME]
Jorge Falen

En las últimas décadas, el crecimiento económico y social no solo ha estado centrado en Lima. A diferencia de épocas anteriores, el dinamismo en las regiones se ha reflejado en mayores tasas de crecimiento económico y mejoras de indicadores sociales, en algunos casos incluso por encima del promedio nacional.

La consultora Arellano Marketing ha esbozado un mapa de cuatro macrorregiones en formación a lo largo del país, complementarias a Lima y su área de influencia. Estos agrupamientos estarían impulsados teniendo en cuenta la proximidad geográfica y la fuerte conexión formada por las migraciones de las últimas décadas. Además, tendrían como centros naturales las ciudades con mayor población y dinamismo. El norte estaría impulsado por Trujillo y Chiclayo, el sur tendría en Arequipa a su principal polo de atracción, Huancayo concentraría las regiones del centro y Pucallpa resalta en la selva.

—Polos de desarrollo—
¿Qué las hace tan importantes? Primero, podemos mencionar el incremento en el flujo de migrantes a escala regional. Así como Lima en la segunda mitad del siglo XX, ahora son las provincias las que registran mayores tasas de crecimiento poblacional. Trujillo tenía poco más de 100.000 habitantes a inicios de la década de 1960, y hoy cuenta con más de 800.000. En el caso de Arequipa, en el mismo período pasó de 160.000 a 850.000 habitantes. Este incremento se debe principalmente a la migración desde regiones aledañas.

El empuje económico y las mejoras en las condiciones de vida han sido determinantes en la recepción de flujos migratorios en las últimas dos décadas, especialmente a partir de la generación de nuevos puestos de trabajo.

Todas las ciudades registran niveles de pobreza por debajo del 10%, mientras que las regiones que las albergan –salvo Ucayali, cuya capital es Pucallpa– ocupan el tercio superior en el ránking de competitividad del Instituto Peruano de Economía.

Además, tienen una relevancia demográfica: abarcan el 12% de la población nacional y el 19% de la población urbana del país. Estas ciudades mencionadas han experimentado un crecimiento económico sostenido en los últimos 15 años, incentivado por el dinamismo de la exportación minera (Arequipa) y agroindustrial (Trujillo).

Este escenario ha impreso un mayor dinamismo a sus mercados locales, reflejado en la expansión de la actividad manufacturera, el comercio y los servicios. Actualmente, estas ciudades albergan a 13 de los 36 centros comerciales ubicados en provincias y concentran el 86% de las inversiones proyectadas en este rubro para los próximos dos años (S/664 millones). En ellas opera el 25% de las empresas manufactureras y de servicios a escala nacional.

—Un intento fallido—
La integración económica, social y cultural descrita en estas zonas del país no ha estado acompañada por un impulso político.

Esto se observó en octubre del 2005, cuando fracasó el primer referéndum orientado a formar macrorregiones. En aquella ocasión, los habitantes de 16 regiones fueron consultados sobre si querían fusionarse e integrar cinco formaciones político-administrativas mayores. El resultado fue desalentador: todas las regiones, excepto Arequipa, rechazaron la propuesta.

Jorge Aragón, coordinador de la especialidad de Ciencia Política de la PUCP, considera que el proceso de descentralización local no ha tenido un esfuerzo político ni un carácter innovador detrás. “Lo único que se hizo fue convertir a los departamentos ya existentes en regiones, fue la salida más fácil. Debemos tener nuevas regiones que incorporen a más de un departamento”, comenta.

¿Cómo se construirán las macrorregiones? “Primero debe contarse con un sustrato económico y social; lo político viene en última instancia. En algunas localidades del interior, las fronteras políticas son poco relevantes”, explica Aragón.

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