Ojo, PPK, ¡es Keiko, no el ‘Chino’!, por Fernando Vivas
Ojo, PPK, ¡es Keiko, no el ‘Chino’!, por Fernando Vivas
Fernando Vivas

El presidente no ha vivido el fujimorismo en casa, pues en los 90 fue un ciudadano con doble nacionalidad dedicado a sus negocios en EE.UU. Fue su década de peruanidad perdida y quizá por ello plantea con cierta indolencia que se volteen esas páginas que no vivió junto a sus compatriotas. 

Sin embargo, aunque su ligereza irrita, no lo fustigaría por ella, pues hay un ánimo reconciliador que compartimos una gran mayoría, que le viene de estar en la brega local desde el 2001. Acabamos de dar prueba de ese ánimo masivo en la reciente declaración de heroicidad de los comandos Chavín de Huántar. Tan solo hubo una disidencia parcial de la izquierda.

Lo que deploro es un error garrafal –quiero pensar que no malintencionado– al plantear el gesto político de cara a los fujimoristas. En el homenaje a los comandos del jueves pasado, con presente,  se refirió a ella como “la hija de Alberto Fujimori”. Luego alentó las habladurías sobre un posible indulto al padre. (Ojo a este próximo debate: la reciente ley de vigilancia electrónica podría modificarse para poder excarcelarlo. ¡Vaya figura! ¡Un ex presidente con  un estigma sobre la piel!).     

Volviendo a mi punto: mal hace PPK en aludir a la lideresa de la oposición por su filiación y no por su identidad. Para no quedar como una descastada, Keiko se ha tragado el sinsabor; pero no me queda duda de que preferiría ser reconocida por su identidad y no por la de un padre que ni siquiera es militante de su partido.

Letona, Bartra, Salaverry, Galarreta,  Miguel Torres, Becerril, Chacón, Chlimper y la gran mayoría de Fuerza Popular con quienes el primer ministro Zavala y su gabinete necesitan dialogar para que no obstruyan sus iniciativas legislativas responden a Keiko. Algunos de ellos ni siquiera conocen personalmente a Alberto y quizá les valga madre su libertad.

Reconciliar sí, pero el interlocutor es nulo o viciado. El gobierno no tiene nada que negociar con el reo Fujimori. La propia Keiko y su entorno íntimo podrían incluso recelar que le invocaron el tema del indulto por una pura inquina divisionista, para soliviantar a Kenji y minar el liderazgo de su hermana. Aunque no descarto que haya figuras en el gobierno que puedan alentar una lucha política de esa naturaleza intrigante, creo que PPK no lo hace con inquina, sino con displicencia y distracción de viejo que no le concede estatus a su rival. 

Ollanta y Nadine también manosearon la figura del indulto en sus últimos días –lo puedo confirmar, pues he conversado con algunos de los protagonistas de esa intriga–, pero abortó rápidamente pues cayeron en la cuenta de que no estaban negociando con Keiko sino con un reo desesperado. Que PPK no patee la misma piedra.

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