La PNP y los escándalos que manchan el uniforme
ÁNGEL HUGO PILARES

La detención del jefe antidrogas de Puno y otros cinco agentes de la cuando intentaban llevar 21,2 kg de cocaína a la frontera con Bolivia ha provocado consternación y preocupación por la labor de los agentes del orden a nivel nacional.

Este no es el primer caso de agentes que son detenidos en flagrancia. Existen otros lamentables episodios en los últimos años en los que algunos integrantes de la PNP, lejos de proteger a los ciudadanos, se convierten en una amenaza.

En Trujillo, por ejemplo, más de una vez se han detenido agentes en medio de asaltos, al punto que se ha llegado a sospechar que las organizciones criminales de una de las ciudades más violentas del país han iniciado una nueva estrategia para delinquir: averiguar cómo opera la PNP infiltrándose en la escuela de oficiales con el fin de evitar sus acciones.

Otros hechos, como el robo sistemático de combustible o la intención de apropiarse de autopartes, han sido detectados y los agentes han sido detenidos. Sin embargo, hay también otro tipo de conductas impropias como el pedir sobornos o el llegar en estado de ebriedad a sus labores, que han aparecido en los medios, manchando el nombre de la .

Como se recuerda, en agosto de 2015 se aprobó el Decreto Legislativo 1193 que endurece las penas contra policías corruptos. Esta norma dispone, entre otros aspectos, el pase al retiro en caso de que los agentes de la PNP reciban coimas o cometan actos que afecten de forma grave el orden público.

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