Más de 1,300 armas de fuego y 1.3 millones de municiones fueron decomisadas en la 'Operación Ferretero 2017', que se realizó la madrugada de ayer en varios distritos de Lima y permitió desbaratar una organización criminal que no solo abastecía de armas a sicarios contratados por narcotraficantes, sino que también los entrenaba en instalaciones militares.
En el operativo participaron 280 agentes de la Región Policial de Lima y 20 fiscales especializados en crimen organizado.
El ministro del Interior, Carlos Basombrío, señaló que en esta acción se detuvo a 9 integrantes de dicha organización criminal, entre los que figuran empresarios y funcionarios de la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), miembros de la Policía y de la Fuerza Aérea del Perú (FAP). También se decomisaron 335 cacerinas y aproximadamente 78 mil soles.
Roberto Carlos Subauste Roca, miembro de la FAP en situación de retiro, era el cabecilla de esta organización. Entre los años 2007 y 2013 había sido condenado por tráfico de armas. Él era el encargado de proporcionar, distribuir y comercializar el armamento.
En su vivienda de El Agustino, donde fue detenido, se encontraron fusiles, escopetas, revólveres, chalecos antibalas, miras telescópicas, silenciadores, municiones, entre otros. Según la investigación policial, Subauste obtenía las armas de miembros en actividad de la FAP, quienes aprovechaban su condición para desviar el armamento.
Subauste también realizaba acciones de entrenamiento militar en técnicas de combate y en el uso de armas y explosivos. Según la Policía, los lugares para estos entrenamientos eran establecimientos privados como la galería de tiro Importaciones Enzo S. A. C. y la Base Aérea FAP Lobitos, en Pucusana.
Otro miembro de esta organización es el suboficial Alberto Marcelino Ascarruz Chavarría, detenido en una vivienda de Breña. Se sabe que los delincuentes pagaban hasta 2 mil dólares a este policía para ingresar como trabajadores de empresas de seguridad y poder recibir este tipo de capacitaciones.
Nelson Espinoza Justiniano, conocido como ‘Enzo’, era representante legal de Importaciones Enzo S. A. C., Importaciones Enzo JP S. A. C. y La Casa de las Armas S. A. C. En estos locales se encontró la mayor pare del arsenal decomisado.
Dichos negocios funcionaban como fachadas para vender las armas de fuego y municiones. Todo esto se vendía sin tener información de los compradores y ofreciendo paquetes para el trámite de licencia de armas.
Según investigaciones de la Policía y la Sucamec, el asesino del Centro Financiero y Bancario de Independencia, Eduardo Romero Naupay, adquirió del local Importaciones Enzo S. A. C. unas 425 municiones para una pistola Bersa.
La Policía también encontró indicios de que dicha organización criminal le otorgaba vehículos robados a estos sicarios para que pudieran usarlos en sus actos delictivos.
Los delincuentes, además, contaban con la ayuda de suboficiales de la Policía para interponer denuncias falsas por pérdida o robo de placas y tarjeta de propiedad en comisarías de Lima.
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