La profesión docente atrae menos a jóvenes talentosos, según el BID
La profesión docente atrae menos a jóvenes talentosos, según el BID
Jorge Falen

El bajo presupuesto en educación –que bordea solo el 3,7% del PBI– y la elevada brecha en infraestructura –que supera los S/100 mil millones– son mencionados a menudo entre los principales problemas que afronta este sector. Sin embargo, existe un problema primordial que influye directamente en los resultados obtenidos por los estudiantes: el rol del maestro en el aula.

La efectividad de los docentes peruanos para fomentar el aprendizaje de los estudiantes es baja. Si bien se han emprendido reformas en algunos países de la región, aún quedan políticas a implementar para atraer y preparar a los mejores candidatos.

Estos son algunos de los temas que aborda el estudio “Profesión: profesor en América Latina. ¿Por qué se perdió el prestigio docente y cómo recuperarlo?”, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El informe analiza el perfil de los docentes en cinco países que en los últimos años han emprendido reformas en su sistema de educación: Chile, Colombia, México, Ecuador y el Perú.

-Situación actual-

El documento revela que la carrera docente no es lo suficientemente atractiva para los jóvenes. Solo el 3% de los estudiantes peruanos de 15 años que rindió la prueba PISA en el 2015 se mostró interesado en ser maestro, frente a un 32% que quería ser ingeniero. Esta cifra es menor a la observada en países con altos niveles educativos como Corea o Japón, donde sobrepasa el 20%.

De otro lado, en el Perú el rendimiento de aquellos que optan por ser profesores es mucho más bajo que en el resto de carreras. La brecha en el puntaje de las pruebas PISA entre los futuros docentes y el promedio de interesados en otras profesiones en el país supera el 10%, la cifra más alta en la región.

Gregory Elacqua y Diana Hincapié, autores del estudio, explican que pese a que la profesión docente despierta poco interés, en muchos casos esta se convierte en una opción de refugio para algunos aspirantes a tener un título profesional.

“Muchos ven la carrera de Educación solo como camino para obtener un título. La perciben accesible para llegar a la universidad. Pero no necesariamente tienen vocación para ser profesores. Las tasas de admisión son mucho mayores porque incluyen programas menos costosos y menos selectivos”, apunta Elacqua.

-Factores detrás-

Uno de los principales elementos que contribuyen a este escenario es la baja remuneración percibida. Si bien el salario real promedio se duplicó en los últimos 15 años, este solo llega a cubrir el 50% del promedio percibido por otros profesionales.

A esto se suma la expansión de la oferta formativa de docentes, muchas veces descuidando la calidad de los programas. Una evaluación efectuada a los egresados de los institutos superiores pedagógicos (ISP) –que concentran el 70% de la oferta educativa– mostró que solo el 7% de estos alcanzó un nivel esperado en razonamiento matemático, mientras que en comprensión de textos subió al 15%.

-Medidas a adoptar-

Si bien ambos especialistas consideran que la reforma emprendida por el Estado en los últimos años ha sido adecuada –especialmente en la selección de maestros–, aún quedan algunos puntos pendientes.

“Para atraer a los mejores docentes es importante seguir mejorando los salarios, tener carreras meritocráticas que atraigan a los docentes efectivos, que los evalúen, que haya concursos e incentivos para que vayan a las zonas más vulnerables. En la parte de formación es crucial aumentar los requisitos y ofrecer sistemas de acreditación para que estos programas sean buenos”, sostiene Hincapié.

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