La sartén por el mango, por Gastón Acurio
La sartén por el mango, por Gastón Acurio
Gastón Acurio

La vida es un camino que vamos construyendo día a día, con aciertos y errores, alegrías y penas, victorias y derrotas. Una ruta llena de desafíos inesperados, que nos ponen permanentemente a prueba y nos hacen más fuertes.

Hoy, la gastronomía peruana vive momentos de especial trascendencia. 

Tras largos años batallando por darse a conocer al mundo y uniendo a los peruanos en torno a un sentimiento de orgullo por lo nuestro, es momento de hacer un alto en el camino para pasar revista a lo vivido, comprender las circunstancias del presente y trazar el rumbo hacia el futuro. 

No es poco lo que la comunidad gastronómica peruana ha logrado desde aquellos días en que decidió dejar atrás egos, vanidades y desconfianzas. Hoy, nuestra cocina es reconocida en todo el mundo, cientos de restaurantes peruanos se abren cada mes en todo el planeta. 

Nuestros productos se abren paso en mercados internacionales y nuestros cocineros se ubican a la cabeza de los ránkings. El Perú es un destino turístico gastronómico de relevancia internacional y los peruanos hemos encontrado en la cocina un espacio que nos une y nos llena de emoción. 

La gran batalla recién comienza. A diferencia de la anterior, esta deberá librarse principalmente dentro del Perú. Es aquí donde nuestra gastronomía carga aún con contradicciones inaceptables para una cocina que pretende avanzar con dignidad siendo un instrumento de desarrollo. 

Anemia y desnutrición crónica infantil en territorios que exportan alimentos. Pobreza extrema rural en familias que dan de comer todo el año a la ciudad. Especies marinas al borde del colapso en el país de los cebiches. Contaminación y depredación de nuestros bosques en la tierra de la biodiversidad. 

Enormes tareas, que demandan la fundación de una nueva alianza, esta vez pública y privada, en la que Estado y ciudadanos nos unamos para construir ese Perú con oportunidades para todos. Eso que hemos soñado por siglos. 

Pero, claro, como suele ocurrir en todo nuevo escenario, esto demandará dejar a un lado nuestras pasiones para que, renovando nuestra unión, logremos recuperar ese espíritu colectivo que convirtió una utopía en una realidad, que el Perú y el mundo celebran. 

Hace unos años, con el objetivo de enfrentar juntos los desafíos que se había planteado, la comunidad gastronómica peruana decidió unirse en torno a una alianza privada, a la que llamó Apega; esta luego daría vida a una primera edición de Mistura en la que todos, los que la iniciamos y los que hoy la dirigen, aportamos lo que nos fue posible sin pedir nada a cambio, para dar vida a una feria que nacía con tres objetivos claros: unir a los peruanos celebrando lo nuestro, reconocer a todos los que dan vida a nuestra cocina por igual y mostrarla al mundo. 

El paso de los años genera nuevas y enormes expectativas de una audiencia acostumbrada a encontrar en Mistura una permanente inspiración. 

Los nuevos desafíos se hacen urgentes para la cocina peruana. Y todo ello, como es natural, trae consigo nuevos sentimientos, debates, cuestionamientos y reflexiones propias y naturales en todo proceso de cambio. 

Emociones y opiniones de ambos lados que, si bien pueden parecer antagónicas, expuestas con respeto y sobre todo reconociendo los importantes logros de quienes han conducido Mistura en los últimos años, pueden llevarnos a encontrar esa nueva alianza para esta nueva etapa. 

Es una alianza entre los que hicieron sus sueños realidad gracias a Mistura y todos los que colaboraron con lo que estaba a su alcance, con un Estado que se compromete y apuesta por una gastronomía que contribuye al desarrollo de sus políticas públicas, y una Apega en la que todos los que hemos tenido la oportunidad de conducir sus destinos damos la oportunidad a otros, sumándonos a ellos de forma incondicional en lo que consideren sea necesario en el objetivo de consolidar nuestra cocina de cara a los nuevos desafíos. 

Más que un problema insalvable, la encrucijada que atraviesa nuestra cocina es una gran oportunidad para lograr renovar un compromiso colectivo de parte de todos, para construir juntos ese camino que lleve a nuestra cocina una vez más hacia la victoria. Porque solo unidos con la misma confianza que dio vida a esta historia, la victoria será posible. 

Puedes leer de Gastón Acurio para Mistura 2017 en el siguiente enlace:

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