Mueren tres militares tras enfrentamiento con terroristas en el Vraem

En medio de la selva boscosa, en dos puntos cercanos a una extensión de cocales del centro poblado Valle Manantial, en el distrito de Vizcatán del Ene (Satipo, Junín), cayeron abatidos ayer tres miembros del Ejército Peruano a manos de una columna del Militarizado Partido Comunista del Perú. Esa es la autodenominación de los remanentes de Sendero Luminoso que operan en el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).

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Las tres víctimas pertenecían a la Compañía Especial de Comandos de la 31 Brigada de Infantería del Ejército, que desde hace unas semanas ejecuta operaciones de reconocimiento y combate en distintos caseríos de Vizcatán del Ene. Es decir, en los sectores de la selva más convulsionados por la presencia terrorista. El puesto de los militares fallecidos era la base contraterrorista del anexo Valle Esmeralda.

En un primer enfrentamiento con terroristas perdió la vida el suboficial de segunda EP Osmán Ccapa Mamani, de 29 años.

Su patrulla fue sorprendida por un grupo armado, presuntamente encabezado por ‘Fernando’ y ‘Chato Mendoza’, brazos operativos del cabecilla terrorista Víctor Quispe Palomino (‘José’) en Vizcatán del Ene. Tras ello se inició un intenso fuego cruzado que derivó en el asesinato de Ccapa.

Poco después, a las 4:30 p.m., cuando los demás integrantes de la patrulla buscaban a los asesinos, ocurrió un nuevo enfrentamiento en el que fallecieron el subteniente EP Tommy Heredia Yovera, de 26 años, y el suboficial de segunda EP Ítalo Pérez Ávila, de 32 años.

Hasta el cierre de esta nota, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas informó que continuaban las operaciones en la zona. No se dieron detalles sobre la recuperación de los cuerpos en el lugar de los hechos.

—Desplazados—
Valle Manantial, así como Alto Mantaro, Valle Hermoso y Jesús de Belén, es el caserío de Vizcatán del Ene que más ha sufrido el flagelo terrorista en los últimos años.

A inicios del 2019, más de 25 familias de estas zonas huyeron debido a los asesinatos selectivos y al constante hostigamiento de los subversivos.

Meses atrás, cuatro comuneros desplazados por la violencia narraron a El Comercio que las columnas armadas al mando de ‘Fernando’ llevaban, una vez al mes, a los campesinos al monte para adoctrinarlos y obligarlos a entregar alimentos, botas o mochilas. Además, informaron que les exigían entregar el 50% de las ventas de madera de los árboles que crecían en sus tierras.

Otro requerimiento continuo de los terroristas a estas poblaciones era la conformación de falsos comités de autodefensa para que recibieran armas y las usaran contra los militares.

Así, Valle Manantial, Valle Hermoso, Alto Mantaro y Jesús de Belén han ido convirtiéndose en bases de apoyo para los remanentes de Sendero Luminoso. Hay campesinos que poco a poco se convirtieron en informantes y colaboradores activos del grupo terrorista.

El terror creció en estas poblaciones desde el asesinato del dirigente vecinal de Alto Mantaro Elvis Sayme Curo, luego de varias horas de tortura, en junio del 2018. Sayme era acusado de ser informante del Ejército y de no acatar las órdenes que impartía el grupo terrorista a cargo de ‘Fernando’.

Un mes después, el balsero Pedro Luján, residente de Valle Hermoso, que también estaba amenazado por colaborar con las Fuerzas Armadas, fue secuestrado. Su cuerpo y el de Elvis Sayme no han aparecido hasta el momento.

Pero estos han sido solo los últimos casos de una cadena de crímenes contra delegados vecinales y presidentes de los comités de autodefensa en los referidos anexos de Vizcatán del Ene. Hubo allí unos nueve asesinatos selectivos en los últimos años.

Fuentes de inteligencia del Ejército dijeron a este Diario, tras el triple asesinato, que Valle Manantial es uno de los caseríos donde han quedado más comuneros al servicio del terrorismo.