(Foto: AP)
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Diana Seminario

La semana pasada debe haber sido una de las más difíciles para el presidente . No solo porque su popularidad empieza a descender a niveles preocupantes, sino que además –o como consecuencia de lo primero– tiene que afrontar una crisis en el Gabinete, tras la renuncia del presidente del Consejo de Ministros, , lo que lo llevará a una recomposición de todo su equipo ministerial.

Según la encuesta de Datum publicada la semana pasada, la aprobación a Vizcarra se ubica en un 56%, siete puntos menos que la medición anterior. Entre las causas de la de-saprobación, se ubica en primer lugar “mala gestión, no gobierna” (20%), “es mentiroso” (17%), a lo que hay que agregar que el 71% de encuestados no le cree cuando afirma que no estuvo enterado del manejo de las finanzas de Peruanos por el Kambio en el 2016, justo cuando él era el jefe de campaña.

Más allá del humor de la opinión pública reflejado en las encuestas, es evidente que al mandatario ya se le agotó el libreto efectista y mediático; y ahora la gente le exige resultados, cambios que puedan percibir en su día a día.

Como decíamos hace un tiempo en este mismo espacio, Vizcarra ya no tiene a quién echarle la culpa de su inoperancia al frente del Ejecutivo porque ya no existe una sólida bancada de oposición a quien “pechar” y acusar de “obstruccionismo”.

Tampoco tiene la bandera del referéndum y las reformas políticas que no alcanzan al ciudadano de a pie, y su discurso anticorrupción ya se agotó y desgastó, sobre todo cuando a él también le salpican indicios, como el manejo de las finanzas en la campaña del 2016, o el aporte de 100 mil dólares de la constructora CASA, la que después ganó contratos cuando él se desempeñaba como ministro de Transportes y Comunicaciones.

A todo esto debe sumarse la foto en frac con los reyes de España mientras el país sufría los estragos de las lluvias y huaicos. No debe extrañar entonces que, según Datum, el 69% cree que ha actuado de manera inadecuada ante las lluvias.Este es el panorama que debe enfrentar Vizcarra para empezar a armar un Gabinete, cuyo jefe de equipo tendrá que ir al Congreso por el voto de confianza. El país requiere de cambios urgentes que apunten a resultados importantes.

Los interrogatorios desde Brasil deben seguir su curso judicial y procesar y sancionar a quienes corresponda sin sesgos políticos ni favoritismos. Los casos de acoso y agravios contra la mujer deben ser abordados de manera urgente. Pero estos temas no deben distraernos de la agenda de prioridades que debemos afrontar como país.

La solución de la inseguridad ciudadana, la reconstrucción del norte, la reactivación de la economía, no pueden esperar más. Ya no estamos para diagnósticos ni experimentos.

Se requiere de un presidente del Consejo de Ministros que convoque y no enfrente, que sume y que tenga decisión. Que lidere un equipo que se ponga a trabajar. El actual Gabinete se despide sin pena ni gloria. Es momento de trabajar. Se acabó el recreo.