A 20 años de la toma de la residencia del embajador japonés
Paulo Rosas Chávez

El entonces embajador de Japón en el Perú, Morihisa Aoki, decidió celebrar el natalicio del emperador nipón ese martes 17 de diciembre. Pasadas las 8:00 p.m., alrededor de 600 personas ya disfrutaban del festín. Dos ministros, seis congresistas, diplomáticos peruanos y de diversas embajadas y empresarios; todos estaban repartidos en los dos primeros pisos de la residencia y en el jardín, donde se estaba el bufet.

A las 8:20 p.m., se oyó una explosión y una columna de humo blanco se erigió sobre uno de los muros de la residencia. Inmediatamente, catorce miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru () ingresaron. Entre disparos y gritos, hicieron que todos los presentes se tumbaran al suelo.

En las afueras de la casa, se desató una balacera entre agentes policiales y los terroristas. A las 9:00 p.m., la Policía lanzó bombas lacrimógenas al interior de la residencia. Los subversivos solo tuvieron que ponerse sus máscaras antigas, pero los rehenes recibieron la peor parte.

Desde las 9:45 p.m., los emerretistas liberaron a varios grupos de mujeres, entre las que estaban la madre y la hermana del otrora mandatario Alberto Fujimori. Luego de ello, ya solo con hombres entre los secuestrados, se inició un censo al interior de la residencia.

Todos los rehenes fueron distribuidos en cuartos de acuerdo a su cargo, su rango y su cercanía al régimen de Fujimori. El reparto se prolongó por toda la madrugada. Así se inició el atentado terrorista con más repercusión de la década de los 90, un secuestro masivo que concluyó cuando los 72 rehenes que finalmente se quedaron fueron liberados el 22 de abril de 1997, producto de la operación militar “Chavín de Huántar”.

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