Las 6:00 p.m. del 26 de enero de 1995. En la cabecera del Río , en el espesor de la selva, la patrulla ‘Roosevelt’, comandada por el entonces teniente EP William Guzmán Espinoza, de apenas 24 años, fue emboscada mientras hacía labor de reconocimiento, al noreste del territorio nacional. Fueron atacados con helicópteros, morteros y ametralladoras. Tras varios días de tensiones, el episodio terminó por gatillar el conflicto bélico entre Perú y Ecuador por los límites fronterizos en la zona del Cenepa, hace ya 30 años, siendo el último conflicto internacional registrado en América Latina.

Muchos de los soldados provenían del frente Huallaga, con experiencia en el combate antisubversivo, una etapa de sangre que aún no se cerraba. (Foto: Archivo Histórico de El Comercio)
Muchos de los soldados provenían del frente Huallaga, con experiencia en el combate antisubversivo, una etapa de sangre que aún no se cerraba. (Foto: Archivo Histórico de El Comercio)
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Guzmán Espinoza fue el primer oficial EP caído en combate en el Cenepa y está reconocido como héroe nacional. A pesar de la evidente desventaja, en número y armamento, optó por mantener su posición en la zona para repeler la ocupación ilegal, incluso al ser herido. La patrulla sufrió cinco bajas, entre ellas, también el suboficial EP Segundo Minchán, quien falleció mientras le ponía un torniquete al jefe de la patrulla, y el soldado Eduardo Ejizán. Los primeros Héroes del Cenepa.

La zona de operaciones del Cenepa era de difícil acceso del lado peruano, por lo que el ingreso de tropas y logística tuvo que ser vía aérea. (Foto: Ejército del Perú)
La zona de operaciones del Cenepa era de difícil acceso del lado peruano, por lo que el ingreso de tropas y logística tuvo que ser vía aérea. (Foto: Ejército del Perú)

“Los testimonios posteriores indican que Guzmán no sólo no abandonó su puesto, sino que no se rindió y, a pesar de estar herido en una extremidad, siguió comandando la defensa de su sector (…) Quizás la doble distancia —el tiempo y ese lugar tan apartado del país— no han dejado que la imagen de Guzmán, Minchán y Ejizán; un oficial, un suboficial y un soldado de servicio militar, pueda brillar en su real intensidad”. (CENEPA: La última batalla de América Latina, 2021)

Una larga historia de disputas y el camino a la paz

El Conflicto del Alto Cenepa marcó un punto crítico, tras largas disputas territoriales con Ecuador, que venían de muchos años atrás. Una de ellas, en 1941, motivó a la firma del denominado “Protocolo del Río de Janeiro”. Tras esto, se conformó una comisión demarcadora para cumplir con el protocolo, pero la cual fue abandonada unilateralmente por Ecuador, quedando sin demarcar los 78 kilómetros que se convertirían en escenario del conflicto.

Fueron años fricciones. Ya en 1995, lo ocurrido con la patrulla ‘Roosevelt’ motivó acciones inmediatas. El objetivo: desalojar las tropas invasoras y hacer prevalecer la integridad territorial, pero sin cruzar el límite fronterizo establecido. Las operaciones se concentraron en la zona del río Cenepa.

Avión AN32 transportando tropas a la zona de conflicto. (Foto: Ejército del Perú)
Avión AN32 transportando tropas a la zona de conflicto. (Foto: Ejército del Perú)

El conflicto fue breve, se extendió por unas cinco semanas, pero cruento en sí mismo. Los enfrentamientos fueron terrestres y aéreos. Todo en una selva densa y de difícil acceso para las tropas peruanas, lo que agravó los problemas logísticos. Además, con trochas plagadas de minas. Más de 60 peruanos perdieron la vida en servicio en el conflicto, según algunos registros.

Los heridos tenían que ser transportados en hombros o camillas por la agreste selva. (Foto: Ejército del Perú)
Los heridos tenían que ser transportados en hombros o camillas por la agreste selva. (Foto: Ejército del Perú)

“30 años después, tenemos que valorar que este hecho histórico militar, el más importante en nuestra historia contemporánea, dio una paz permanente con Ecuador. La sociedad tiene una enorme deuda de gratitud con nuestros soldados peruanos”, dijo a El Comercio Roberto Chiabra, actual congresista y quien fuera jefe del Comando de Operaciones.

Chiabra destacó el valor de los soldados peruanos, muchos de ellos provenientes del Frente Huallaga, jóvenes con experiencia en el combate antisubversivo, una etapa de sangre que aún no se cerraba en el país. “Lo único que cambió fue el enemigo”, incidió.

José Williams, congresista y exjefe de la Primera Brigada de Fuerzas Especiales, recuerda el conflicto del Cenepa representó un desafío significativo para las fuerzas peruanas. “Las condiciones eran muy difíciles, para poder llegar a la zona de combate, solo podría hacerse en un vuelo de helicóptero, de aproximadamente una hora, mientras que en Ecuador llegaban por carretera. Ahí ya tuvimos un grave problema. No solamente para el traslado de las tropas, sino también para la logística: armamento, munición, equipos, sanidad para atender heridos, abastecimiento. Solo por helicópteros y en una ruta que se tenía que controlar mucho, ya que habían ecuatorianos apostados que podían derribar los helicópteros. Fue muy complicado para el Perú”, explicó.

“Sentíamos nuestro ese territorio y no podíamos perder. Esa convicción nacional fue muy valiosa. Y lo otro, el valor de los hombres. Teníamos que luchar contra el terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA y, a la vez, esta guerra. La voluntad de los hombres y sus comandantes fue muy importante”, acotó.

A poco de estallado el conflicto, se iniciaron también en paralelo una serie de largas y muy complejas conversaciones diplomáticas, entre los representantes de los países garantes del Protocolo de Río y las delegaciones tanto del Perú como de Ecuador. La cancillería también jugó un rol clave.

Tras tensas jornadas y dificultades, se logró suscribir la Declaración de Paz de Itamaraty el 17 de febrero, cuyas primeras negociaciones fueron lideradas por el embajador .

Aunque ciertamente el asedio en la lejana zona en disputa continuaba. El último enfrentamiento militar en el conflicto del Cenepa ocurrió el 22 de febrero, lo que se denomina en Ecuador como el “miércoles negro”, al registrarse un significativo número de bajas de sus filas. Fue un punto de quiebre.

Tras ello, el 28 de febrero de 1995, se firmó la Declaración de Montevideo, donde se ratificándose así el cese del fuego. Una misión de observadores —denominada MOMEP— finalmente allanó el camino hacia la firma del acuerdo de paz, que se logró suscribir el 26 octubre de 1998, entre el entonces mandatario peruano Alberto Fujimori y el ecuatoriano Jamil Mahuad. Se puso fin a años de disputas y consolidó la soberanía nacional.

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