Esta vez detectamos una ‘narrativa excusa’. Sucede que el Ministerio de Cultura ha causado revuelo con su reunión del lunes pasado con la directiva de La Resistencia. No nos enteramos por soplo, sino porque el propio Mincul difundió su gracia, anunciando que era parte de una ‘política de puertas abiertas’. He ahí un intento de narrativa, surgida más como excusa que como afirmación, que difícilmente contrarrestará a la narrativa anti gubernamental que dice todo lo contrario: que las puertas de Palacio y de sus satélites ministeriales son, más bien, selectivas.
Mira: renunció el viceministro de Interculturalidad , Juan Reátegui Silva.
Para la izquierda progresista o caviar y para los ciudadanos a los que La Resistencia acosa e insulta en las puertas de sus casas, la recepción del Mincul al grupo de Jota Maelo, no solo es polémica, sino una declaración de guerra. Por eso, ante la proximidad del 19 de julio, fecha de la ‘Toma de Lima’; abrir la puerta del Mincul a un grupo extremista de derecha ha sido bastante inoportuno. Mal momento y peor invitado para la ‘narrativa excusa’ de las ‘puertas abiertas’.
Incluso, Hernando Guerra García, el portavoz de la bancada fujimorista, hizo notar la selectividad de las puertas oficialistas de una manera sorpresiva: dijo que le parecía bien que el Mincul reciba a La Resistencia como también le parecería bien que lo haga con su extremo opuesto, el Movadef. Como efecto de la reunión inoportuna y de su narrativa excusa; se abrió otra puerta, pero de salida: Alberto Otárola anunció que rodó la cabeza de Juan Reátegui Silva, el viceministro de Interculturalidad, quien fue el que recibió a los visitantes. Aunque la ministra no estuvo en la cita, tras el anuncio , con foto, de la reunión; queda el sabor de una inclinación oficialista hacia un extremo de cuidado, en vísperas de que el otro extremo se soliviante. Vaya cita y narrativa desubicadas.