Nadine: aun si gana pierde, por Enrique Pasquel
Nadine: aun si gana pierde, por Enrique Pasquel
Enrique Pasquel

El martes, desde el estrado de un mitin del Partido Nacionalista, elaboró una singular defensa de sus cuestionados movimientos bancarios. Son “acusaciones sin sustento que tratan de sacar al nacionalismo del corazón de todos los peruanos”, argumentó la primera dama. “Afrontamos los ataques con la frente en alto, diciendo la verdad”; no respondemos “con odio” sino “con chamba”, sentenció.

Lo cierto, sin embargo, es que la esposa del presidente no ha afrontado los cuestionamientos a sus finanzas erguida, serena y con una actitud transparente, como ella señala, sino más bien agazapada detrás de una muralla de acciones judiciales y denuncias contra el fiscal que la investiga y la Comisión Belaunde Lossio que busca levantar su secreto bancario. Cuando dice que responde a los ataques con chamba, aparentemente, se refiere a la de sus laboriosos abogados.

Como la señora Nadine Heredia no aplica la máxima de que quien nada debe, nada teme, da la impresión de que algo en su conciencia no la deja dormir tranquila. Más aun, cuando es natural que la ciudadanía exija que una persona en su encumbrada posición –cabeza del partido oficialista y cónyuge del primer mandatario– sea absolutamente transparente en el manejo de sus cuentas.

En este caso, además, parece haber gato encerrado. Recordemos que entre octubre del 2005 y marzo del 2009 la señora Heredia fue beneficiaria de depósitos por US$216.062, que llegaron a sus manos a través de un extraño camino plagado de intermediarios y que según la Unidad de Inteligencia Financiera no han sido adecuadamente sustentados. La explicación del origen de parte de estos fondos, además, ha estado llena de contradicciones.

Por ejemplo, en el 2009 la madre de la primera dama señaló que un depósito que le efectuó en el 2007 por US$21.750 respondía a una deuda que tenía con su hija, pero el mes pasado Heredia señaló que se trataba de un aporte de la empresa Kaysamak para la formación del Partido Nacionalista.

Asimismo, en el 2009 la primera dama declaró que el depósito que le realizó su amiga (y hoy alta funcionaria pública) Rocío Calderón en el 2005 era el pago de un préstamo, pero hace poco Heredia indicó que realmente era otro aporte partidario de la misma empresa. ¿Por qué, además, dichos aportes no fueron realizados en cuentas del Partido Nacionalista y siguiendo las formalidades que establece la ley?

A esto, por otro lado, se suma que los ingresos de la pareja presidencial no parecerían poder justificar los S/.180.000 que, según el programa “Cuarto poder”, tienen en una cuenta en Scotiabank.  Tampoco olvidemos la curiosa respuesta de la primera dama cuando saltó a la luz que gastaba miles de dólares en el extranjero en joyas Stern, ropa Óscar de la Renta y artículos Louis Vuitton, entre otros lujos: compraba, cual ‘personal shopper’, por encargo de su amiga Rocío Calderón (sí, la involucrada en las extrañas transferencias).

Finalmente, no pasemos por alto un nombre cuya cercana relación con los Humala exige que estos sean absolutamente prístinos respecto a sus finanzas: Martín Belaunde Lossio.

Qué tipo de gato se encuentra encerrado en este cuento, aún no queda claro. De hecho, hasta el momento, no hay indicios de que el gato sea un delito. Pero al intentar protegerse a punta de acciones judiciales para que no la investiguen, Nadine Heredia se ha colocado en una situación muy incómoda: aun si gana en los tribunales, igual pierde, pues la percepción de que algo trata de esconder ha colaborado a que su popularidad se acerque a un solo dígito.

Y, con ello, se siguen esfumando sus posibilidades de lograr en las siguientes elecciones una bancada que le garantice protección frente a las megacomisiones que el aprismo y el fujimorismo ya deben estar soñando con armarle a los Humala durante el próximo gobierno.

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. : "Congresistas deben legislar por el pueblo, no ser armas políticas" ► — Política El Comercio (@Politica_ECpe)