El ex presidente Fujimori con su hijo Kenji cuando era trasladado de la clínica Centenario al penal de Barbadillo, en la Diroes. En esta prisión cumplió 10 de los 25 años de su condena. (Foto: César Bueno)
El ex presidente Fujimori con su hijo Kenji cuando era trasladado de la clínica Centenario al penal de Barbadillo, en la Diroes. En esta prisión cumplió 10 de los 25 años de su condena. (Foto: César Bueno)
Karem Barboza Quiroz

Un año y un mes después de obtener la libertad por el indulto humanitario que se le otorgó, volvió anoche a ser recluido en el penal de Barbadillo, ubicado dentro de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía Nacional (Diroes), en el distrito de Ate.

El ex presidente regresa a prisión para seguir cumpliendo la condena a 25 años que se le impuso por los casos Barrios Altos y La Cantuta. Esto luego de que el juez supremo provisional Hugo Núñez anulara –en primera instancia– el indulto humanitario el 3 de octubre del 2018.

Desde entonces, el ex presidente permanecía internado en la Clínica Centenario Peruano Japonesa (Pueblo Libre). Después de 113 días fue dado de alta ayer por sus médicos, que especificaron que lo trataron por fibrilación auricular paroxística, hipertensión, insuficiencia venosa coronaria, sarcopenia, depresión, entre otros problemas.

El documento médico fue firmado por el especialista en geriatría Johnny Uyene Nakamatsu días después de que una junta médica del Instituto de Medicina Legal (IML), que evaluó al ex presidente, concluyera que este se encontraba estable y que podía recibir atenciones médicas de manera ambulatoria.

La evaluación del IML se hizo por orden de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema, presidida por el juez supremo Jorge Salas, que evalúa en segunda instancia la apelación a la anulación del indulto otorgado por Pedro Pablo Kuczynski el 24 diciembre del 2017.

—Mensaje—
Enterado de su alta y de la orden de internamiento en el penal, Fujimori, desde el cuarto 1304 del noveno piso de la clínica, envió una carta y una foto suya. “Tengo casi 12 años preso y me están llevando de nuevo a la cárcel, ¿no es suficiente?”, dice.

Horas antes, había afirmado a la agencia AFP: “Siento que el final está cerca”.

En la clínica estuvo el ex congresista Alejandro Aguinaga, médico de cabecera de Fujimori, quien señaló que el ex mandatario “no es de fierro, es evidente que esta situación lo afecta”.

También lo visitó su hijo Kenji Fujimori. Su hija Keiko Fujimori cumple una orden de 36 meses de prisión preventiva.

César Nakazaki, abogado de Fujimori, anunció que evalúa interponer un recurso de nulidad o de hábeas corpus para revertir la situación. Sostuvo que la decisión de la Sala Penal Especial no sería regular porque ha subsanado una diligencia que el juez de primera instancia no hizo cuando anuló el indulto.

“La parte civil nunca presentó una prueba médica y la sala, de oficio, ordenó la prueba que necesitaba la parte civil. Entonces, la sala no puede subsanar las negligencias de las partes y menos, como repito, cuando el juez de primera instancia tampoco pidió una revisión médica. Si la parte civil y yo hubiéramos presentado nuestro peritaje médico, entonces, para saber a quién le cree, la sala puede ordenarla de oficio”, explicó.

Fuentes del PJ informaron a El Comercio que la sala emitiría su decisión sobre la apelación de la nulidad del indulto la próxima semana, ya que uno de sus miembros, el juez José Neyra, sigue con licencia médica.

En un pronunciamiento, Fuerza Popular responsabilizó “a las autoridades que han intervenido en estas decisiones del deterioro de la salud y vida de Fujimori”. Además, calificó de “venganza política” la anulación del indulto. “Expresamos nuestra plena solidaridad con el ex presidente y con su familia frente a una venganza política que se pretende disfrazar como justicia”, señala el documento.