Alejandro Toledo y su último día en el poder en el 2006. Hoy, la justicia peruana está a la espera de su retorno. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo y su último día en el poder en el 2006. Hoy, la justicia peruana está a la espera de su retorno. (Foto: Archivo El Comercio)
Redacción EC

Durante sus cinco años como presidente de la República, pasó por vaivenes de popularidad que cayeron incluso hasta 8% (Ipsos), un ‘arequipazo’, un ‘andahuaylazo’, choques con el Congreso y diversas crisis a las que su gestión sobrevivió hasta el 28 de julio del 2006, cuando dejó el poder y lo cedió a Alan García en un marco enteramente democrático.

Aquel día significó un adiós a Palacio de Gobierno. Años después, intentó volver en dos ocasiones a dirigir los destinos del país. Pero hoy, es el Estado peruano el que busca su retorno desde Estados Unidos. No para ostentar nuevamente el poder, sino para que sea sometido a los designios de la justicia por las millonarias coimas que habría cobrado de Odebrecht por la carretera Interoceánica. Para ello, en marcha está el proceso de extradición, durante el cual permanecerá detenido. Peor crisis parece no haber sobrellevado.

Pero ese día final como gobernante fue escenario para que El Comercio conozca los pensamientos de Toledo de cara a los próximos años que le tocaba enfrentar fuera del cargo. Nadie imaginaba por entonces el desenlace que todos conocemos ahora. En medio de todo el ajetreo de cara al cambio de mando, la periodista Milagros Leiva le consultó sobre sus planes futuros, por ejemplo si pensaba postular el 2011:

“No tengo tiempo para pensar. Yo no tomé decisiones pensando en las próximas elecciones y la historia me juzgará. Mis decisiones se tomaron pensando en las próximas generaciones, son los más pobres los que me interesan. Y ahora comienzo una nueva etapa. Tengo más experiencia y espero emplearla para luchar hasta el último día de mi vida para acabar con la pobreza de mi país”, respondió el hasta aquel día jefe de Estado.

Alejandro Toledo antes de dejar Palacio de Gobierno, en su último día como presidente. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo antes de dejar Palacio de Gobierno, en su último día como presidente. (Foto: Archivo El Comercio)

Antes de su salida rumbo a la Catedral —a la que llegó una hora después de lo programado— y de recibir un homenaje de despedida que incluyó aplausos, los pasillos de Palacio estaban abarrotados por personas del entorno más cercano de Toledo. Su amigo íntimo Adam Pollack, sus ministros, entre ellos Pedro Pablo Kuczynski; su asesor Juan de la Puente; los ex miembros de su Gabinete, Javier Reátegui y Juan Sheput; entre otros.

No estuvieron con él ese día su esposa Eliane Karp, quien protagonizó un escándalo y salió a rastras de la audiencia en Estados Unidos en la que se ratificó la detención de su esposo mientras dure el proceso de extradición. Tampoco sus hijas. “Mi familia está conmigo a la distancia, estoy hablando por teléfono con ellas todo el tiempo y además me he sentido acompañado por el calor de la gente. No lo esperaba, la verdad. La gratitud ha demorado, pero no por culpa del pueblo, quizá yo no comuniqué bien las cosas que estaba haciendo. Ahora me gritan: ‘Sí se pudo’, ‘te vamos a extrañar’, ‘cholo, regresa’. Eso me alegra y lo tomo con humildad. Hoy comienza una nueva etapa en mi vida, haré mi fundación por la democracia, reestructuraré mi partido y escribiré”, dijo el entonces mandatario. Y de hecho ha seguido escribiendo él mismo su día a día.

Alejandro Toledo se dio un baño de popularidad antes de dejar el poder. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo se dio un baño de popularidad antes de dejar el poder. (Foto: Archivo El Comercio)

Hacia el mediodía de ese 26 de julio del 2018, tras entregar la bancada presidencial en el Congreso, Toledo se retiró de dicho recinto trepado a la tolva de su camioneta de seguridad. Lo que vino fue un, quizá inesperado por él, baño de popularidad.

Más tarde, en la casa de su correligionario Marcial Ayaypoma al sur de Lima, lo esperaba un almuerzo en su honor realizado por su partido Perú Posible, hoy inexistente. Listas las mesas, el toldo, la pista de baile, la comida, las bebidas: era una fiesta de despedida.

Toledo se paseó por el lugar de foto en foto con los asistentes, entre los que estuvo quien se encargara de su seguridad: Avi Dan On. Este último permanece en Israel, mientras que la justicia peruana tiene contra él una orden de prisión preventiva por 18 meses por el Caso Ecoteva.

A las 7 p.m. aproximadamente, Toledo se retiró de la fiesta, que incluyó las melodías de su tan entonada “Amor, amor”. "No me voy, seguiré luchando", se despidió. Se embarcó en una camioneta, se recostó y partió. La partida que la justicia peruana ahora espera, es la de la nave que lo traiga desde suelo estadounidense hasta el Perú. El camino ya ha empezado a recorrerse.

Alejandro Toledo y la fiesta al atarceder. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo y la fiesta al atarceder. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo y la fiesta al atarceder. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo y la fiesta al atarceder. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo y la fiesta al atardecer. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo y la fiesta al atardecer. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo y Avi Dan On, hoy también procesado. (Foto: Archivo El Comercio)
Alejandro Toledo y Avi Dan On, hoy también procesado. (Foto: Archivo El Comercio)

(Video: La Ventana Indiscreta / YouTube)