"El señor Alberto Fujimori está enfermo, yo creo que merece estar en su casa en vez de la cárcel", dijo PPK. (Foto: Andina)
"El señor Alberto Fujimori está enfermo, yo creo que merece estar en su casa en vez de la cárcel", dijo PPK. (Foto: Andina)
Juan Paredes Castro

Si el presidente y su entorno personal y partidario transmiten la sensación de estar en otro planeta, las demás fuerzas políticas no parecen quedarse atrás en su capacidad de alejarse peligrosamente de la realidad.

La agenda política es tan pobre que si no se habla de Kuczynski, se habla de Kenji Fujimori, y párese de contar.

Es cierto que existe la posibilidad de que la situación del presidente Kuczynski en el Caso Odebrecht tienda a agravarse y que, más temprano que tarde, él pueda verse obligado a renunciar o enfrentar un irreversible nuevo proceso de vacancia.

Por lo pronto, no hay nada en concreto en dirección de lo uno o lo otro. Pero el ruido y sus ecos están allí, abarcándolo todo.

Es cierto también que desde la última crisis política, en la que Kuczynski dio el paso audaz de indultar a Alberto Fujimori a cambio de evitar la vacancia presidencial, la recomposición del Gabinete Ministerial, con Mercedes Aráoz a la cabeza, no ha logrado llenar el vacío de poder político ni recuperar la confianza perdida.

¿Aráoz todavía puede hacer algo para revertir esa comprobación? Muy poco o nada, excepto administrar la precariedad gubernamental.

El país tampoco puede vivir enfrascado todo el tiempo en la suerte de Kenji Fujimori a raíz de su expulsión con nueve de sus pares parlamentarios de Fuerza Popular. Y como si eso fuera poco, los Fujimori, con Alberto y Keiko, cada cual sumido en sus preocupaciones propias, completan el mosaico político dominante de cada semana.

El problema es que gran parte de la clase política termina ocupándose de los Fujimori, mientras que de parte de Alberto, Keiko y Kenji no tenemos la menor visión de lo que el país demanda en estos tiempos como alternativa madura y responsable.

¿Alguno de ellos ha podido alcanzarnos alguna receta para salir de la crisis política?

De los Fujimori solo conocemos comunicados sobre los temas que los atañen directamente. No parecen estar dispuestos a exponer ideas ni a debatirlas. Quieren, sin duda, ser parte de la agenda política nacional y hasta llegan a marcarla con gran fuerza y repercusión. Pero paradójicamente suelen estar, en esencia, fuera de ella.

Si Keiko Fujimori desea que el poder presidencial no le vuelva a ser esquivo en el 2021, debe entender que lleva año y medio tarde, esperando un ajuste de cuentas que no termina con Kuczynski. El 2021 debió comenzar para ella el mismo 2016, al día siguiente de la elección perdida.

Por último, la llamada Junta de Portavoces del Congreso es una fuente importante de acuerdos y consensos entre las fuerzas políticas representadas en ese poder del Estado.

¿Podría dársele excepcionalmente a esta Junta de Portavoces (si no le nace a ella misma hacerlo) la misión de sembrar en el Congreso la más pequeña semilla de mínimo equilibrio político capaz de poner a un lado tanta discordia y fragmentación interna en beneficio de las prioridades del país?

Creo que sí es posible esperar algo de ello en medio de la nada.

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