PPK
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Mario Mejía Huaraca

La decisión del presidente Pedro Pablo Kuczynski () de recibir este jueves a los profesores en huelga en Palacio de Gobierno es, en opinión de algunos analistas políticos, una medida extraordinaria y casi desesperada del Ejecutivo y una demostración de que la estrategia inicial para solucionar el problema  ha fracasado.

"El Ejecutivo está tomando una nueva táctica porque ha fracasado la anterior, la que decía nada de conversaciones con los dirigentes de la huelga porque, supuestamente, era gente extremista y radical, era la táctica de la ministra de Educación y del ministro del Interior", explica el analista político Carlos Tapia.

Tapia dice que esa táctica fracasó porque la huelga estuvo mal analizada y se tomaron las medidas equivocadas. "No es cierto que el Movadef conduzca esta lucha, es cierto que hay grupos radicalizados como Conare y Movadef que han querido sacar ventajas pero son grupos pequeños. La táctica fracasó porque no se tomó en cuenta a los propios huelguistas", acotó.

Para el analista Luis Nunes se trata de una "medida extraordinaria" del presidente PPK "frente a una situación que se salía de control y en las que las negociaciones por parte del Ministerio de Educación no habían llegado a buen puerto".

Nunes  dice que, aunque parezca una contradicción de PPK con sus ministros el hecho de que haya invitado a los huelguistas a Palacio de Gobierno, no cree que sea un gesto que desautorice a la titular de Educación, Marilú Martens. "Es algo desesperado y extraordinario para resolver una situación que preocupa mucho al presidente, y que es el hecho de que los estudiantes puedan perder sus clases", indicó.

Para Carlos Tapia, el diálogo programado para mañana tiene serios riesgos. "¿Qué pasará si no se llega a acuerdos? A nivel del Gobierno se armaría un despelote pues significaría que la segunda táctica tampoco ha funcionado", manifestó tras señalar que seguramente un sector de huelguistas aceptará los ofrecimientos del Ejecutivo y otro sector se radicalizaría más.

Nunes también cree que el Ejecutivo corre un gran riesgo con la fórmula ofrecida. "El Gobierno cree que no le quedaba otro camino. Este es el último eslabón de la cadena. De todos modos tiene que salir humo blanco, en caso contrario la situación se tornará inmanejable", acotó.