Carlos Basombrío: los pros y contras de su labor frente a la interpelación (análisis)

A poco de cumplir once meses en el cargo, el ministro del Interior, Carlos Basombrío, será interpelado por el Congreso de la República. En la cita, programada para el miércoles 21 de junio, deberá responder, principalmente, sobre la inseguridad ciudadana en el país.

El pliego interpelatorio, que lleva preguntas de Fuerza Popular, del Partido Aprista y de Acción Popular, también se refiere a las presuntas ejecuciones extrajudiciales y a las contradicciones entre el ministerio y la Policía Nacional respecto a la marcha que realizó el grupo prosenderista Movadef el pasado 1 de mayo en el Centro de Lima.

Desde el oficialismo han negado que existan razones suficientes para llevar a Carlos Basombrío ante el pleno del Congreso. Pero desde Fuerza Popular, bancada promotora de la interpelación, han manifestado ya que habría motivos suficientes para una censura.

En este contexto, ¿cuál es el balance de la gestión de Carlos Basombrío en el Ministerio del Interior? Para Diego Tuesta, especialista del Laboratorio de Criminología Social y Estudios sobre la Violencia de la PUCP, es positivo debido a la realización de reformas que considera relevantes.

Tuesta considera bueno "el énfasis que se ha puesto en el control de la criminalidad organizada en base a una mayor inteligencia policial", pues la desarticulación de esas organizaciones favorece a la convivencia.

Asimismo, el especialista en criminología tiene a bien el que se "haya estructurado la organización interna de la Policía en dos grandes brazos: uno dirigido a controlar el crimen organizado y otro, a la delincuencia común".

Diego Tuesta destacó que ello no se había dado con tanta claridad en gestiones pasadas, pero afirmó que dicha medida ha tenido una consecuencia negativa, que fue la de "prescindir de mucho personal".

"Hay muchos oficiales que estuvieron mucho tiempo en la Policía y que han tenido que ser pasados al retiro. Eso ha sido una externalidad negativa", consideró.

Otro punto cuestionable, advierte Tuesta, es "que sería interesante preguntar que cambios se están haciendo para el control del narcotráfico y de la minera ilegal". "Habría que preguntar qué orientación se esta siguiendo para controlarlos y regularlos", propuso.

-Desde la otra orilla-
El general PNP (r) Eduardo Pérez Rocha fue el vocero en temas de seguridad de Fuerza Popular durante la campaña electoral pasada. Para él, la gestión de Carlos Basombrío tiene un balance negativo.

Pérez Rocha cuestiona que, de plano, este Gobierno no haya restituido el sistema 24x24 y, de esa manera, haya aminorado la presencia policial en las calles.

Sin embargo, saluda que Carlos Basombrío haya promovido un convenio con la Asociación de Bancos del Perú para que los efectivos policiales puedan volver a resguardar las agencias bancarias en sus días libres.

El también ex director general de la Policía criticó, precisamente, la aparente ausencia de quien ejerce dicho cargo. "Ahora el que expone es el viceministro y el director no interviene en el proceso ni de planificación ni de intervención directa", advirtió.

Por último, Pérez Rocha lamentó que sea un tribunal conformado por civiles los que evalúen las faltas y delitos cometidos por efectivos policiales, como los casos de violaciones y abusos suscitados en los últimos meses.

"No nos estamos preocupando por restablecer la imagen de la Policía y debemos retornar a que la misma Policía sea la encargada de expulsar a los elementos que dañan y perjudican a la institución", sostuvo.

-¿Quién pierde?-
​Para el analista político Eduardo Dargent, la gestión de Carlos Basombrío es positiva a partir de la implementación de reformas, como las mencionadas por Tuesta.

"En general, me parecen muy importante procesos de reforma que se están enfrentando un tema serio de corrupción interna y que buscan mejorar lo que puede ser una ausencia de pirámide de ascensos para establecer meritocracia", saludó.

En esa línea, Dargent estimó que Fuerza Popular "muestra que puede ser peligrosamente contrarreformista", pues "se le cuelan intereses particulares de ex miembros de la Policía" y, con ello, "viejos sistemas de administración vinculados a formas más tradicionales".

"Es preocupante que se pueda dar una interpelación que, si se exarceban los ánimos, puede terminar truncando una reforma que es muy difícil de echar a andar", indicó el analista.

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