Unicameralidad
Unicameralidad

El presidente Martín Vizcarra volvió a pronunciarse ayer sobre el retorno a la . Según explicó, la propuesta del gobierno es que dicho sistema se implemente para las elecciones generales del 2021.

Cabe señalar que, por tratarse de una reforma constitucional, requiere ser aprobada en doble votación en dos legislaturas consecutivas.

Son cinco las iniciativas que existen en el para volver al sistema bicameral. En esta nota analizamos algunos de los puntos débiles del actual sistema unicameral que se estableció en 1993.

1) El incremento de las planillas en el Poder Legislativo
El oficialista Guido Lombardi explicó que el sistema bicameral, con 240 representantes, funcionó con 800 empleados, y que hoy, con 130 congresistas, hay más de 4.000 trabajadores. “Eso explica buena parte del problema”, escribió en Twitter.

Las cifras no son exactas, pero se acercan. Según el libro “Qué Parlamento queremos” (1992), del ex oficial mayor César Delgado-Guembes, la cifra de trabajadores en el Congreso bicameral tuvo una línea de crecimiento que empezó con 180 en 1982 y llegó a 2.136 en 1991. Hoy llegan a 3.165.

Congreso de la República
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2) El mecanismo de segunda instancia que no funciona
En el sistema bicameral, los proyectos aprobados por los diputados pasaban por una revisión en la Cámara de Senadores antes de su promulgación.

En la unicameralidad, esto se reemplazó con la segunda votación. Sin embargo, las cifras muestran que esto no se cumple en la actualidad.

Un análisis de las votaciones en estos dos últimos años muestra que 162 de 243 proyectos fueron exonerados de segunda votación. Según el artículo 78 del Reglamento del Congreso, la segunda votación debe efectuarse transcurridos siete días calendario como mínimo.

Para Percy Medina, jefe de IDEA Internacional, la exoneración debería ser la excepción y no la regla. “Creo que la eliminación de la segunda votación es una práctica nociva porque impide que los proyectos se discutan por la opinión pública, e impide la posibilidad de que los afectados puedan hacer saber su punto de vista”, dijo.

3) La exoneración y trámite ‘express’
En el sistema unicameral, los voceros firman una hoja en nombre de sus bancadas para alcanzar los votos requeridos y exonerar un proyecto (de segunda votación, trámite de comisiones, entre otros).

Existen casos como el de la ley de publicidad estatal que se exoneró de la segunda votación con las firmas de solo dos de las siete bancadas. En otros casos se tuvo que retroceder en la exoneración por presión pública, como en la norma de modalidades formativas.

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4) La calidad de los proyectos de ley aprobados
Uno de los puntos que más se critican del actual sistema unicameral es la calidad de sus proyectos. En promedio, el 25 % de iniciativas presentadas por los legisladores son declarativas –para crear distritos y carreteras–, pese a no tener iniciativa de gasto. De una muestra de 890 proyectos revisados, en 750 de ellos se asegura que no generan costos. En estos se repite la frase “el proyecto de ley no ocasiona gasto al Estado”, sin mayor análisis de fondo.

El legislador Víctor Andrés García Belaunde (Acción Popular) señaló que el Poder Ejecutivo cuenta como una segunda cámara al tener la facultad de observar las normas aprobadas por el Congreso. Sin embargo, hasta la fecha, el Congreso solo se allanó a cuatro observaciones e insistió en 14 de sus normas. Y aún hay 57 insistencias por verse en el pleno.

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