Víctor Reyes Parra

Desde Barcelona, a donde viajó para participar e, parte de la feria audiovisual ISE 2025, el congresista conversa con El Comercio. Solo horas antes, había participado allí en un mesa de diálogo donde tocó temas como el impacto de las medidas económicas del gobierno de Donald Trump, la inteligencia artificial y el desarrollo económico de Latinoamérica.

Hablando en inglés -con un marcado acento británico-, Carlos Anderson sostuvo en el evento que las políticas proteccionistas de Donald Trump podrían alentar y beneficiar discursos políticos ‘antimperialistas’ en la política latinoamericana. Luego, en entrevista con este Diario, el legislador no agrupado también comentó cómo debía reaccionar la economía peruana en este panorama, se refirió a su proyecto de ley para garantizar la autonomía de TV Perú y Radio Nacional, y se refirió a los recientes cambios en el gabinete de Dina Boluarte.

-Acaba de comentar en el foro que las políticas de Donald Trump podrían tener, además de efectos económicos, el efecto político de favorecer discursos ‘antiimperialistas’, retóricas populistas...

Para comenzar, [Donald Trump] le ha dado pie, le ha dado una justificación a alguna gente que, históricamente, ha tenido una visión antinorteamericana. para que renazca ese espíritu ‘antiimperialista yanki’. Que no te sorprenda ver a los Bellidos y Bermejo, los Antauros, etc., que hablan de antiimperialismo. A nivel de América Latina, les ha dado, digamos, una excusa que toca fibras históricas. Porque también están las formas, el atropello que significa actuar de manera tan prepotente con naciones que son infinitamente inferiores desde el punto de vista militar, político, geopolítico,

-¿Y cómo podría afectar nuestra economía?

Lo que me preocupa es que, hasta antes de la entrada de Donald Trump, Estados Unidos estaba moviendo una retórica muy inteligente sobre cómo responder a China desde el punto de vista geopolítico. Pusieron sobre la mesa el ‘nearshoring’, la posibilidad de generar cadenas de suministro de alto valor cerca a nuestras costas, sobre todo en América Latina (...) Pero ahora Trump dice que no solo no le gusta lo ‘hecho en China’, sino que tampoco le gusta lo ‘hecho por China’. O sea, [no le va a gustar] si viene BYD, la empresa que es hoy la mayor productora de autos eléctricos, y pone una planta cerca a Chancay para exportar desde aquí...Con lo que está pasando, evidentemente esto va a significar un retroceso. Creo que es mala noticia para nosotros la llegada de Trump, por la actitud que ha tomado, por cómo trata a los latinoamericanos.

- Es curioso que, a pesar de que esta es una conferencia tecnológica, la sombra de Donald Trump haya sido un tema recurrente en sus conversaciones, no solo en su foro, sino que imagino también en los pasillos

Sí, para todos, no solamente los latinoamericanos, también para los europeos. O sea, ha logrado realmente temor. Después teníamos las conversaciones sobre cuáles son los límites que existen al poder de un presidente. Yo les comentaba, porque conozco la realidad norteamericana, que en realidad el poder de un presidente es limitado, tiene limitaciones expresas en la Constitución. Solo que ahora Trump habla como si tuviera un poder mucho mayor del que en realidad tiene. Por ejemplo, Trump no puede modificar el presupuesto en Texas, porque es una realidad federal. En EE.UU. no existe un ministro de economía, solamente tiene el poder del secretario del Tesoro, que puede ver el tema del dólar; el tema de la defensa y de las relaciones exteriores. Esos son los grandes poderes que tiene [Donald Trump], pero él está pretendiendo actuar como si tuviera más poder del que tiene. Vamos a ver ahora cómo funciona, cómo responde el sistema norteamericano de controles y balances.

- En ese escenario, ¿qué debe hacer una economía como la peruana? ¿Seguir impulsando el alineamiento con China, con la Unión Europea?

Yo diría que, como salvaguarda, deberíamos impulsar una mayor colaboración con las economías europeas y con las asiáticas no chinas. Cuando tú ves el comercio, es básicamente con China. Si no me equivoco, el 54% del total de exportaciones van para allá. No hemos diversificado y creo que tenemos que empezar a hacerlo, ya no solo con mercados, sino también empezar a desarrollar industrias que hoy en día no existen. Por ejemplo, yo estoy en Barcelona, en esta cumbre mundial sobre la industria audiovisual, una industria que significa miles de millones de dólares. Europa necesita nuevas historias, nuevas imágenes, nuevas ideas; y América Latina, en particular el Perú, está llena de buenas ideas, está llena de historias.

Di el ejemplo de libro de Santiago Rocangliolo, donde hay toda una historia de un asesino en serie en los andes peruanos. Imagínate eso eso hecho película. O la historia del Cusco, hecha en un museo audiovisual. Cuando recorrí el piso de la feria, que es gigantesco, me encontré una pantalla gigante que tenía las imágenes de Machu Picchu. Así que allí está, tenemos que empezar a pensar en encender nuevos motores, creativamente, porque, la verdad, el mercado norteamericano va a ser complicado para nosotros.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. EFE/EPA/FRANCIS CHUNG
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. EFE/EPA/FRANCIS CHUNG

-Aprovecho el tema de lo audiovisual para consultarle sobre su proyecto sobre el Instituto Nacional de Radio y Televisión (IRTP), para cambiar la composición del directorio y asegurar que los medios estatales no se conviertan en una herramienta política para el gobernante de turno. Lo presentó en octubre. ¿Ha tenido algún avance a nivel de comisión?

Casi ninguno [...] Para asegurar que los medios de comunicación del Estado sean realmente del Estado, que respondan a intereses del Estado y no del gobierno, se requiere que haya un directorio donde predomine el elemento civil. Allí, el proyecto propone que esté conformado por el sector civil de manera mayoritaria. Pero pareciera que el Ejecutivo, alertado de todo esto, decidió, a través de un decreto supremo, eliminar el directorio. O sea, es una captura total de los medios de comunicación estatales. Eso me parece gravísimo. Yo he buscado, he pedido que me inviten, en TV Perú, en Radio Nacional, para poder hablar sobre el tema y la respuesta es cero.

-¿Cómo evalúa el manejo que ha hecho el gobierno de Dina Boluarte en el IRTP y en los medios estatales?

Me queda clarísimo que ella [Dina Boluarte] ha puesto a la amiga [como presidenta del IRTP] y que ellos viven en su fantasía. Creo que cuando la señora Boluarte habla de ese Perú que presentó en Davos, lo hace porque el único medio que lee es El Peruano, porque ahí le cuentan la historia que ella quiere escuchar. Eso es una tremenda pérdida de oportunidad, porque los estados necesitan comunicar, los gobiernos necesitan comunicar sus acciones, pero tienen que hacerlo de una forma no sesgada, que no pinte irrealidades. Desafortunadamente, ese no es el caso. Por ejemplo, imagínate que viniera un presidente con un perfil totalitario, de voluntad totalitaria, ¿cómo se comportaría con la radio y la televisión? Un medio de comunicación que tenga garantizada su independencia, ¿no? Un medio de comunicación público con independencia garantizada es una necesidad, para una democracia tan débil como la que tenemos.

-Me llama la atención lo que comenta porque tendríamos medios estatales, de todos los peruanos, que no estarían reflejando la realidad...

Definitivamente, no. Y tendrían que hacerlo, tendrían que reflejar la realidad.

El IRTP agrupa a TV Perú y Radio Nacional, medios de comunicación estatales. (Foto: Difusión)
El IRTP agrupa a TV Perú y Radio Nacional, medios de comunicación estatales. (Foto: Difusión)

-¿Cree que nuestros medios estatales están completamente capturados por el gobierno?

Creo que ha quedado claro. Si tienes a tu mejor amiga ahí, que te está cuidando los intereses, la espalda (...) Todo esto alimenta esta percepción que creo que es una realidad: medios estatales que están siendo [tomados], como casi siempre ha sido en el Perú, tampoco no es que Dina Boluarte sea la excepción. En general, los gobiernos actúan de esa forma: hacen uso y abuso de los medios del Estado. Por eso es que este proyecto de ley que impulso busca corregir esa situación, no solamente para evitar que la señora Dina Boluarte siga viviendo una fantasía o construyendo una fantasía, sino para, en adelante, cualquier gobierno actúe con apego a la realidad. Y que los medios gubernamentales sean realmente este reflejo de una visión de Estado.

-¿Qué opina sobre los cambios de ministros que hizo hace unos días la presidenta? En particular el cambio en el Ministerio de Economía

La presidenta me hace pensar un poco a, que al final lo único que ha hecho es que estemos ya, básicamente descalificados, para el mundial. Es exactamente lo mismo. En el caso del ministro José Arista, él renunció a la lectura inteligente que tenía al principio, de que no podíamos seguir gastando más de lo que tenemos, para después llegar a relativizar la importancia de tener cierta disciplina fiscal. Yo espero que el nuevo ministro, que viene de una gestión bastante buena en Proinversión, entienda eso y dé un mensaje rápido, en el que muestre, pues, su voluntad de corregir eso. Tenemos que dar señales al mundo y a todos los agentes económicos de que la macroeconomía, por lo menos, se va a manejar razonablemente, con seriedad.

¿Y sobre la salida de Demartini y la permanencia de Santiváñez?

En cuanto a Julio Demartini, va a quedar como un monumento de vergüenza para el Congreso el no haber sido capaz de vencer sus acuerdos implícitos con el gobierno, porque no lo sacaron por complicidad con la señora Boluarte. Si Demartini cayó fue porque el ruido era ensordecedor. Yo he estado aquí en Barcelona y gente de Chile me preguntaba por el tema de Qali Warma, les llamaba la atención cómo podía seguir trabajando. Y lo del señor Santiváñez es una vergüenza. Es un escudero, una persona que solo está ahí para protegerle las espaldas a la presidenta.

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