×
estrella

Función exclusiva para usuarios registrados y suscriptores.

Suscribirme

El periodista , jefe editorial de El Comercio y especialista en coberturas de temas congresales, ha publicado su nuevo libro sobre el : ‘El ABC del Parlamento peruano’. La obra ya está a la venta en las principales librerías y será presentada este miércoles 18 de junio en la Librería Sur, de San Isidro.

La obra apunta a ser una herramienta para que los electores y los candidatos al próximo Congresoentiendan cómo funcionará, en particular, el sistema parlamentario bicameral y, en general, cómo funciona el Legislativo. Este objetivo cobra mayor relevancia cuando, en palabras del autor, estamos sobre el cierre del peor Congreso unicameral de nuestra historia.

Newsletter Mientras Tanto

Héctor Villalobos

En diálogo con este Diario, Martin Hidalgo identifica la inexperiencia con la que llegaron al cargo los actuales parlamentarios como el punto de partida de los principales problemas actuales del Legislativo. Ello devino en la instalación de una “alianza administrativa de supervivencia” entre las principales bancadas con el objetivo de llegar hasta julio del 2026.

Este es tu tercer libro sobre el mundo parlamentario, luego de Congresopedia (2021) y de Cuándo se jodió el Congreso (2023). ¿A qué aspecto o a qué problemática del Legislativo en particular apunta ‘El ABC del Parlamento Peruano’?

Los dos primeros libros apuntaban a un público más técnico, especializado en conocimientos del Congreso. El primero explicaba el manejo técnico del aparato parlamentario y el segundo apuntaba hacia las dinámicas no escritas del funcionamiento parlamentario. Este libro apunta hacia un público más amplio, que quizás no está tan familiarizado con el Congreso, tomando una coyuntura específica, que es este cambio al sistema bicameral. Es una gran oportunidad para conectar a la gente con el entendimiento de cómo funciona el Congreso.

El periodista Martin Hidalgo Bustamante, jefe editorial de El Comercio y especialista en coberturas de temas congresales, ha publicado su nuevo libro sobre el Congreso: ‘El ABC del Parlamento peruano’. Editorial Planeta.
El periodista Martin Hidalgo Bustamante, jefe editorial de El Comercio y especialista en coberturas de temas congresales, ha publicado su nuevo libro sobre el Congreso: ‘El ABC del Parlamento peruano’. Editorial Planeta.

Entonces, como libro, podría ser una guía o una fuente de ayuda para votar a partir del 2026 por el Congreso bicameral.

Sí. De hecho, vamos a tener más de 2.5 millones de jóvenes que van a votar por primera vez y me parece importante que las personas lleguen a este proceso electoral con el mínimo de información indispensable para emitir un voto responsable. Y esto creo que pasa por entender cómo funciona el Congreso, qué rol tienen los representantes que van a elegir. Por eso creo que es importante este libro: para que los jóvenes puedan entender cómo va a funcionar este nuevo sistema bicameral y también para que los de mayor edad puedan anticiparse a cómo va a ser este cambio.

El libro está planteado de una manera mucho más didáctica: es un diálogo entre dos personajes, que van conversando y respondiendo a preguntas sobre cómo funcionará el sistema bicameral, las funciones que va a tener el Senado, que podrá hacer la Cámara de Diputados, quién va a poder interpelar y hacer las leyes, en qué instancia se define una ley, etc. Son nociones muy básicas, pero creo que son importantes para poder emitir un voto responsable.

Un reciente informe del Estudio Arellano reveló hace poco que más un 38% de peruanos reconocía que se informaba poco o muy poco antes de votar por el Congreso…

Aunque no parezca, creo que hay mucha demanda, pero hay poca oferta de información explicativa sobre los procesos que acontecen en el país. Tenemos muchas noticias políticas todos los días, todas las semanas, pero quizás lo que está faltando es información explicativa para un público más joven. Es muy cotidiano ver a periodistas o generadores de contenido ir a un colegio o una universidad a preguntar a los jóvenes sobre temas políticos básicos y la mayoría no tiene una respuesta. Eso viene porque en los colegios a veces no se hace incidencia sobre la importancia de conocer cómo funciona el aparato estatal. Entonces, la bicameralidad es la oportunidad para reconectar a los más jóvenes sobre cómo funciona uno de los principales poderes del Estado. Y a eso apunta: a que puedan llegar mejor informados y puedan reflexionar más sobre su voto, que no sea un voto por el simple hecho de no pagar una multa o por obligación; sino que lo vean con la responsabilidad de que elegir bien o mal a un representante tiene una consecuencia.

¿Es también una oportunidad para que los próximos diputados y senadores puedan mejorar la calidad del Congreso y su imagen ante la ciudadanía?

La bicameralidad es una oportunidad de mejora sustancial para la dinámica parlamentaria, siempre y cuando los congresistas entiendan lo importante que es respetar los parámetros que te da el reglamento (del Congreso), la Constitución y todas las normas anexas. Mientras no entiendan eso y se salten procedimientos, se salten la normativa que da parámetros a la función parlamentaria, no se va a ver un buen trabajo. La estructura está bien, puede ser perfectible, como siempre. Creo que se están creando mejores filtros.

Yo estoy en contra de quienes piensan que se está creando un Senado todopoderoso. La experiencia nos dicta que sin Congreso no hay democracia y que esta dinámica que se instauró, a raíz de Martín Vizcarra, de gobernar sin un Congreso es peligroso y nos trae todo lo que hemos visto en los años posteriores. Entonces, es una oportunidad para que los congresistas empiecen desde cero y empiecen a tratar de reconstruir la imagen del Congreso a través de una labor mínimamente decente y creo el libro puede ayudar a los nuevos congresistas a entender las nociones básicas del funcionamiento del Congres. Lo que hemos visto, sobre todo en el último periodo, que es que llegaron muchos congresistas novatos. Recuerdo que era el 85% de congresistas no tenía ningún tipo de experiencia en materia parlamentaria. Y resultados lo vemos hoy en día.

Tenían que hacer una curva de aprendizaje durante la mayor parte de su periodo....

Normalmente, la curva de aprendizaje en periodos anteriores ha sido de un año y medio a dos, pero acá estamos viendo que hay congresistas que no tenían ninguna experiencia en vida política y que les está tomando hasta este cuarto año, o que siguen sin entender y es como que no les interesa aprender y cómo respetar las normas que exige el propio reglamento del Congreso. Eso so te lleva a un escenario caótico de congresistas a los que no le interesan los debates (…) Antes siempre había una camada de congresistas experimentados, pero cuando tienes representaciones donde los novatos son la mayoría, tienes situaciones caóticas como la que vemos ahora.

"Has tenido un cúmulo de personas inexpertas a las cuales no les interesa aprender cómo funciona el Parlamento y han hecho lo que han querido y lo siguen haciendo"

Redacción EC,

Este libro es para los futuros electores y también para futuros candidatos y futuros congresistas.

Sí, si los candidatos le dan una leída van poder llegar con los conocimientos básicos para el rol que pretenden asumir. Es un libro muy didáctico. Hemos escogido dos personajes, uno se llama ‘Oto’ y otro que se llama ‘Rongo’, que juntos forman la palabra ‘Otorongo’. La idea fue tomar un aspecto negativo para poder construir algo positivo: tomemos algo que normalmente la gente usa para criticar a los congresistas para algo productivo, que es enseñar cómo va a ser este nuevo Congreso. Está pensado para eso: para los jóvenes, los candidatos y toda aquel que quiera conocer sobre el Congreso. Es un libro fácil de leer, es sencillo, para conocer lo básico. Ya si quieres algo más especializado, das el salto a Congresopedia y a ¿Cuándo se jodió el Congreso?, que son más técnicos.

"Se dedicaron a tratar de sacarle el máximo provecho al Congreso, la mayoría nunca se dio el tiempo de revisar el reglamento, de entender los límites de su cargo, qué podían o no podían hacer"

Mencionaste el hecho de que los congresistas actuales no respetan su propio reglamento. Eso es algo que aparece frecuentemente en los análisis de las decisiones más criticadas del actual Congreso. ¿Qué tan grave ese ese problema?

Es un problema que partió de la inexperiencia que tenían varios, la cual estaba acompañada hasta hace un año, hasta el 2024, de la incertidumbre de no saber si iban a poder seguir una carrera política, porque la reelección congresal recién se restableció en este periodo. Los dos primeros años tenías congresistas que llegaban siendo inexpertos y no tenían una proyección a futuro de seguir en el Congreso, en la política. Eso aunó a que traten de sacarle el máximo provecho al cargo parlamentario, a todo lo que incluye. No solo el sueldo o las gollerías, sino al poder que te otorga ser congresista.

He visto a congresistas que llegan a eventos con su seguridad o que ahora están con chófer, algo que nunca han tenido y probablemente nunca iban a volver a tener. Entonces, se dedicaron tanto a eso, a tratar de sacarle el máximo provecho al Congreso, que la mayoría nunca se dio el tiempo de revisar el reglamento, de entender los límites de su cargo, qué podían o no podían hacer. A eso se le suma que la mayoría del personal que contrataron tiene el mismo perfil: personas que, probablemente, en otros congresos no hubieran sido contratadas, que piensan como ellos o aceptan cualquier cosa con tal de no perder el trabajo, como por ejemplo que les recorten el sueldo. Entonces, has tenido un cúmulo de personas inexpertas a las cuales no les ha interesado aprender cómo funciona el Parlamento y han hecho lo que han querido y lo siguen haciendo.

, demuestra que, siendo ya el cuarto año de gestión, no existe un interés por el trabajo parlamentario. Asistir a tu comisión es una cuestión básica, es lo mínimo que puedes hacer. Tú te inscribes en una comisión porque, como congresista, supuestamente tienes un interés en esa temática. Si no asistes a esa a esa sesión, te habla de un gran desinterés de lo que representa tu trabajo como congresista.

"Al tener partidos desconectados de sus bancadas o que no han sabido controlar a los congresistas novatos, el Congreso se convirtió en una coladera de intereses de economías ilegales"

Estando al cierre del cuarto año parlamentario, ¿cuál ha sido el principal problema del actual Congreso?

La inexperiencia es el punto de partida. Mucha gente lo ha minimizado y ha intentado elaborar hipótesis más elaboradas, como hablar de una dictadura parlamentaria, un autoritarismo parlamentario. Yo no comulgo con esas ideas. Creo que la inexperiencia te ayuda más bien a explicar un montón de hechos: desde que no asistan a las comisiones, se salten los reglamentos del Congreso y que se filtren muchos intereses. Esto también pasa porque los congresistas no leen los proyectos, no entienden los intereses de economías ilegales, de economías de sectores informales que se cuelan.

No hay nadie que medianamente pueda identificar y pueda poner un alto, como sucedía en anteriores congresos. Allí tenías intereses de economías ilegales, de sectores informales, pero había una camada de congresistas con experiencia que sabía cuándo decir no, había un límite de decir ‘esto no pasa, esto ya son económicas ilegales, esto ya son intereses informales que van a afectar de una manera al sector económico, al sector social, al sector político’. Al no haber esa camada y al tener partidos desconectados de sus bancadas o que no han sabido controlar a sus congresistas novatos, el Congreso se convirtió en una coladera de intereses de economías ilegales.

Sí, es indudable que hay congresistas que conscientemente sí representan estos grupos, pero yo no diría que son la mayoría. La mayoría se deja llevar por ‘Yo voto por ti, hoy voto por ti, tú votas por mí’. Esa es la lógica, aunque suene básica, actual del Congreso: tú apoyas mi proyecto, yo apoyo tu proyecto y todos estamos contentos. Acá nadie se pelea. Hay congresistas que sí levantan la voz, pero son muy pocos y no tienen como que peso suficiente. Entonces, tienes a todas las bancadas que dicen: “Ya, tú votas por mí.” Por eso ves coincidencias como que hasta hace unos años te parecían impensables, como Perú Libre con Fuerza Popular. A la gente le encanta poner motes sobre eso. Yo creo que son más alianzas administrativas que políticas o ideológicas.

La inexperiencia los ha llevado a un ánimo de supervivencia en el cual todos coinciden. Y ahí te hablo no solo de las bancadas del Congreso, sino también con el gobierno: todos necesitamos sobrevivir, todos necesitamos aprobarnos todo entre todos para estar contentos y poder llegar al 2026. Están como en una carrera de supervivencia donde el 2026 es la fecha y todos quieren llegar parados.

¿Cambió esta dinámica en el Congreso a partir de que se estableció que podían ser reelegidos?

Es interesante porque, claro, hay un primer momento en el que tratan de sacarle el máximo provecho al poder, a las gollerías del cargo porque no tenían un futuro político. Cuando logran establecer la reelección, cambian el panorama hacia ver cómo acomodamos las normas hacia ese futuro político que ya se abrió. Es ahí donde entran a tallar normas como la detención preliminar en casos de no flagrancia, que un poco era para evitar que sigan deteniendo a líderes políticos; esta la norma para que puedan hacer campaña; o medidas más populistas, como la liberación de la CTS o un octavo retiro de las AFP. Entonces, sí ha cambiado.

Son dos momentos distintos (…) Ahora te das cuenta que en ciertos casos rectifican, . Se dan cuenta que tienen que retroceder, ya comienzan a mesurar más el impacto político. Esa es una de las principales razones por la cuales yo no comulgo tanto con la idea de un autoritarismo parlamentario, porque si en verdad lo hubiera, ya hubieran copado el Reniec, la ONPE, el Jurado Nacional de Elecciones. De las otras instituciones han elegido los miembros porque está dentro de su mandato: el Tribunal Constitucional, la Contraloría. Si revisas todas esas elecciones, siempre hay un tinte político, algún tipo de vinculación con las bancadas. Claro, puedes debatir que antes elegían a personas de más alto perfil, sí, puede ser, pero estás en un Congreso de tan bajo perfil que su valla no es tan alta y eligen a gente que va en esa proyección. (…) En la Junta Nacional de Justicia también dieron ese intento de querer coparlo, finalmente quedó ahí a medias, no le salió como a ellos quisieran. Si hubieran querido ser realmente autoritarios y copar, tendríamos un escenario mucho más complejo que el que tenemos ahora. Nuevamente, creo que es con base en la inexperiencia, porque probablemente lo han querido, pero a la hora de ejecutar medidas que implican un alineamiento político, es ahí donde la inexperiencia les termina jugando en contra. Probablemente hay intenciones, pero a la hora de la ejecución son muy inexpertos para concretar.

En lugar de un autoritarismo parlamentario monolítico, por decirlo así, lo que ves es una alianza de intereses que ha ido variando a partir de que se les abrió la posibilidad de reelegirse…

El diagnóstico final es de alianzas administrativas de supervivencia. Eso los ha hecho coincidir en leyes, en votaciones, pero no es que puedas encontrar una línea muy marcada. Entre el mismo denominado ‘bloque democrático’ siempre ha habido fricciones, algunas bancadas han entrado, han salido. Si no, cómo se explica que no lograron los votos para inhabilitar a Salvador del Solar, Francisco Sagasti, que eran enemigos del denominado ‘bloque democrático’. Son así de erráticos también.

¿Qué opinas de la intención de permitir que ?

Es que siempre se ha dado el proselitismo durante el último año, donde los congresistas salían a hacer campaña para la para reelección. Algunos eran más cuidadosos, otros menos. No sé por qué el tema se ha enfocado el tema en la semana de representación, quizás por el tema del uso de viáticos que se les asigna a los congresistas y hay un uso de recursos del Estado, pero, en realidad, lo que se tiene que cuidar, más bien, es la labor que desempeñan en su día a día.

Con esto quiere decir que, por ejemplo, se vele porque los congresistas no dejen de asistir a comisiones para acudir a una actividad de su campaña; que no se conecten virtualmente a las sesiones mientras están en un mitin, solo para que no les descuenten; o que no hagan que su asesor, porque eso también pasa, se conecte desde su despacho y nunca prenda el micro. Ahí más bien hay que poner el foco sobre la fiscalización que tiene que hacer el Jurado Nacional de Elecciones. En años anteriores hubo muchas denuncias de congresistas, en época electoral, que aparecen en horarios laborales haciendo proselitismo. Y claro, que el jurado simplemente emite una exhortación y con una exhortación no basta. Como saben que no hay una sanción real, lo pasan por alto

¿La figura de la semana de representación ha servido para algo? ¿Debería eliminarse?

Creo que la representación es algo innato en la función legislativa. Se ve en los días en que reciben a un gremio, a una persona en tu despacho. Tienes que tener un constante contacto con tus regiones. Acá tenemos tres semanas en que sesionan en Lima y la última semana, en teoría, es para que te vayas a tu región, a tu circunscripción electoral. En otros países al revés: tienes que estar tres semanas en tu circunscripción y a fin de mes vienes a sesionar en las comisiones y en el pleno, de manera concreta, para legislar. Acá es al revés (…) Además, no una hay una fiscalización, lo que hay es un informe de representación que es un recuento de las cosas que hacen (…) Yo le veo dos salidas: o le estableces lineamientos claros y lo suspendes para el periodo electoral, para evitar que se usen mal los recursos. O simplemente la eliminas, que más extremista. Yo optaría por lo primero.

Cuando a un legislador se le cuestiona por la impopularidad del Congreso, la respuesta que suelen repetir es que así en todo el mundo, que el Parlamento siempre es impopular. ¿A los congresistas debería preocuparles la impopularidad en la que ha caída la institución del Congres? ¿Cómo deberían afrontarla?

Entendiendo que la institución parlamentaria es lo más importante. Ellos no terminan de entender lo que significa la institución parlamentaria, lo ven como algo abstracto, que no tiene relevancia. Por ende, no le prestan atención a las encuestas. Es difícil porque, de alguna manera, cuando la población es encuestada se le viene la mente las constantes denuncias que hay sobre diversos congresistas. Y claro, hay congresistas que no tienen denuncias y se ven afectados por los que sí las tienen, pero por encima de eso está la institución parlamentaria.

Sí es importante que traten de reconstruir la imagen del Congreso, de la institución parlamentaria y para reconstruir esa imagen tienen que empezar a tomar acciones como colectivo, de qué cosas se pueden mejorar.

El problema es que nadie toma esa iniciativa, ese primer paso para decir qué es lo que necesitamos: hacer un mea culpa, una autocrítica. Decir ‘qué estamos haciendo mal, volvamos a plantear de cero y construyamos una mejor imagen a través de buenas opciones, de una mejor agenda parlamentaria, labor de representación y de fiscalización, de sancionar a los congresistas que merecen ser sancionados y no blindarlos ‘porque acá todos estamos felices y nadie critica a nadie’.

Además estamos en el último año de la era unicameral del Congreso de la República. Es un año histórico y creo que no se dan cuenta de eso: es el cierre de la era unicameral y, al menos, el último año debería ser de una gestión decente, para que quede en la historia que al menos en el último año trataron de tener un mejor desempeño y ser autocríticos. Si no, van a pasar la historia como el peor congreso de la era unicameral. Para mí este es el peor congreso de la era unicameral, hasta ahora, de lejos. Depende de ellos si este último año ratifican eso o tratan de enmendar algunos errores. Es difícil enmendar todo lo malo hecho hasta la fecha, pero al menos hay la oportunidad de tener un mejor cierre.

Justamente te iba a preguntar si este era el peor Congreso que te tocó ver…

Sí, de la era unicameral. Y veo bien difícil que alguien supere esta valla, va a ser bien difícil que en el sistema unicameral se supere esta valla negativa que ha dejado el Parlamento. Creo que el Congreso bicameral va a tener su periodo de adaptación, no va a ser de pronto el mejor Congreso de todos, va a depender también mucho de los representantes que se elijan.

¿Qué balance haces de la gestión del presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, que está por terminar?

Salhuana tenía un mejor perfil que Alejandro Soto, pero creo que se equivocó al creer que el problema que tenía APP en la presidencia (del Congreso) se solucionaba con mayor comunicación. Él siempre alega que da conferencias de prensa todas las semanas, que era algo que no hacía Alejandro Soto, pero esa comunicación no ha venido acompañada de un mensaje claro de cambio.

Entonces, ha sido una continuidad de la gestión de Soto, que no tenía muchas cosas por las cuales destacar. Responde un poco también a lo que representa la gestión de APP: una gestión sin gestión, sin entregar resultados, donde se prioriza ceder cupos de trabajo para tener a todos contentos, beneficiar alianzas, priorizar la supervivencia y las alianzas políticas del partido con el gobierno y con las bancadas que lo ayudaron a llegar al poder.

Ha sido un segundo año de Alejandro Soto, solo que con alguien que habla o da más conferencias de prensa (…) Creo que APP no ha sabido capitalizar el poder que ha tenido el presidente del Congreso y ha demostrado que no están preparados para gobernar ni el Congreso ni el país.

Y entonces, ¿qué se puede esperar de este último año del peor Congreso unicameral?

Vamos a seguir con rumores de vacancia a lo largo de todo el último año, pero hasta ahora, sigo creyendo que el ánimo de supervivencia, tanto de las principales bancadas del Congreso como del gobierno, va a prevalecer y vamos a tener al gobierno llegando hasta el 28 de julio del 2026.

En algún momento sí van a comenzar a ser un poco más enfáticos con las interpelaciones y las censuras a ministros, pero siempre que eso signifique que se garantice la continuidad de la presidenta.

Además, imagino que, ahora, a ninguno le conviene vacar a la presidenta para que un partido asuma y se haga la sucesión constitucional en un terreno electoral. La única señal de que se deja abierta esa puerta es que nombren en la presidencia del Congreso a una bancada que no tiene partido y que no va a participar en elecciones.

Claro, si ahora asume la presidencia del Congreso una bancada como Honor y Democracia o el Bloque Magisterial, allí sí podría pasar…

Sí, esas bancadas. Además, ahí hay personas que siempre han querido, como Héctor Acuña, Gladys Echaíz, Jorge Montoya, que alguna vez postuló. Además, ellos tres no están hasta ahorita afiliados a ningún partido político. Si ponen a una persona con ese perfil, sí podría pensar que en que sí está en los cálculos de las bancadas que en algún momento puede darse la vacancia. Pero mira lo que pasó hace una semana: la Comisión Permanente archivó la denuncia (a Dina Boluarte) por el Caso Rolex. Esos indicios más bien hacen pensar que ese no es el camino por el que quieren apostar.

VIDEO RECOMENDADO

Contenido Sugerido

Contenido GEC